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Astérix, explorador del mundo antiguo e ignoto

El primer álbum tras la muerte de Uderzo de la pareja Conrad-Ferri lleva a los valientes galos a buscar una famosa criatura mitológica

Didier Conrad y Jean-Yves Ferri, la nueva generación de Astérix. Virginia Guzmán

En marzo del año pasado fallecía a los 92 años el dibujante francés Albert Uderzo, el padre de los irreductibles galos Astérix y Obélix. Con su muerte, la famosa aldea gala no cayó en manos de las legiones romanas, pues en 2013 el dibujante había cedido los lápices a Didier Conrad, mientras que del guion, en manos de Uderzo desde el fallecimiento de su amigo René Goscinny en el 77, se hizo cargo Jean-Yves Ferri.

La pareja Conrad-Ferri lleva ya cinco álbumes a sus espaldas, el último ellos, publicado el mes pasado, es el primero tras la muerte de Albert Uderzo y se titula Astérix tras las huellas del grifo.

Como es tradición desde hace años, los álbumes de Astérix se alternan entre aventuras en la aldea y fuera de ella. En esta ocasión, los galos viajan a uno de los confines más exóticos del mundo antiguo, la helada Sarmacia, hogar de los sármatas, el pueblo antepasado de los eslavos al norte del Mar Negro.

A esas frías latitudes parten Astérix, Obélix y el druida Panorámix en pos, junto a los inevitables romanos, de una famosa criatura mitológica: el grifo.

Hay que constatar, en primer lugar, que la pareja Didier-Ferri se aviene al milímetro al estilo artístico y al guion de la etapa de Uderzo como solitario maestro de ceremonias, hasta el punto de que difícilmente podría decirse que este álbum no ha salido de las manos ni del magín del padre de los galos irreductibles.

Sin embargo, el recambio no logra superar al gran Goscinny, el guionista que catapultó a los personajes con sus -la mayoría de las veces- insuperables guiones como La cizaña, La residencia de los dioses o Los laureles del César.

Esto no quita para que esta búsqueda del grifo no sea un álbum grato de leer, aunque, sobre todo al principio, se note un excesivo “acelerón” de la trama que, al contrario que en otras ocasiones, nos coloca de sopetón a Obélix y compañía en su país de destino.

  • Didier Conrad & Jean-Yves Ferri, Astérix tras las huellas del grifo, Editorial Salvat

Por otro lado, el lector en busca de guiños de actualidad tendrá su habitual ración, con agudas referencias al confinamiento, el papel creciente de la mujer, una escenificacion de las fake news y la presencia caricaturesca de un polémico pensador francés de nuestros días.

Por lo demás, lo más grato es la conversión de Astérix y los suyos en auténticos exploradores del mundo antiguo e ignoto, siguiendo los pasos Heródoto, y un escenario final espectacular, que dejaría muerto de envidia al intrépido arqueólogo Indiana Jones.

El grifo de Astérix sigue manando.

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