La conserva gallega ya tiene su plan para optar a los fondos COVID. La patronal Anfaco-Cecopesca aspira a modernizar la industria a través de 303,3 millones de euros del programa Next Generation, de los que el 75% (casi 230 millones) corresponderán a empresas situadas en la comunidad, de acuerdo a su peso en el sector. El grueso del montante, 194,8 millones, estará destinado a uno de los tres pilares previstos, el de “producción y crecimiento sostenible”, buscando que las empresas reduzcan la huella ambiental, empleen energías renovables o realicen una transición hacia una economía circular, evitando por completo el desperdicio alimentario. El secretario general de la patronal, Juan M. Vieites, explicó el plan durante la presentación de los resultados de 2020, un año marcado por el impulso que provocó la pandemia de los productos conserveros, logrando que el sector rebase por primera vez los 1.700 millones de euros en valor (casi un 5% que en 2019). “El sector conservero demostró músculo en plena pandemia”, apuntó Vieites.
El proyecto lleva por nombre Plan de Transformación y Resiliencia del Complejo Mar Industria 2021 2023 y está formado por tres pilares y nueve iniciativas que se basan fundamentalmente en esa modernización de las factorías, aunque no únicamente. De hecho, la primera de las columnas sobre las que reposa el plan es la digitalización, con el objetivo de emplear 85,5 millones de euros para ciberseguridad, el intercambio de información ágil y la incorporación de sensorización avanzada e inteligencia artificial en los procesos.
De igual forma, desde la patronal también apuestan por mejorar tanto la competitividad como el compromiso social. Para esta área pretenden movilizar 23 millones en la “sensibilización y promoción” del sector y sus productos, la “capacitación permanente del sector” y la creación de un “Observatorio de Transformación Sostenible”, con el que quieren servir de “catalizador” para hacer llegar a las firmas las tecnologías existentes en el mercado.
Anfaco lleva meses trabajando en la iniciativa, adelantada por el presidente Iván Alonso-Jáudenes el pasado noviembre en una entrevista con FARO. En aquella ocasión el responsable de Conservas Antonio Alonso hablaba de un “macroproyecto tractor” en la que se aglutine “a todo el complejo mar-industria”. Según explicó Vieites, la intención es incorporar el plan al proyecto “agro-mar alimentario del Gobierno” para captar los fondos comunitarios.
Más allá del plan, Anfaco ofreció un año más el balance con las cifras del curso precedente. El sector logró esquivar en 2020 el impacto casi generalizado de la pandemia, incrementando sus cifras de producción un 2% (359.081 toneladas) y facturación un 4,8% (1.755 millones), además de un impulso en las ventas al exterior de las conservas (en volumen, un 15,4%, y en valor, 13,62%). “La industria supo adaptarse y las conserveras pusieron todos los medios a su alcance para garantizar prevención y seguridad”, indicó Vieites sobre el impacto del COVID en el sector.
Por productos, el atún/atún claro sigue liderando el ránking, con 231.000 toneladas (un 2,1% de crecimiento) y un valor de 884 millones de euros (un 3,1% más); seguido por la sardina/sardinilla, con una producción de 23.700 toneladas (+1,3%) y un valor de 102 millones de euros (+2,1%); y por los mejillones, con una producción de 15.000 toneladas (+4,9%) y un valor de 136 millones (+11,3%).
A preguntas de los medios, Vieites indicó que las inversiones del sector tras este boom se centrarán en mejorar las factorías existentes y que el sector “está en el punto de mira de muchos fondos”. “Van a crecer las inversiones aquí si el mercado sigue tirando y si se aseguran las materias primas”, avisó.
Las cifras
