La ministra francesa de Pesca, Annick Girardin, advirtió este jueves de que si Londres no concede de aquí al viernes por la noche todas las licencias de pesca que le reclama abrirá el procedimiento contencioso previsto para el caso de incumplimiento de los acuerdos del Brexit. “Si no nos dan todas las licencias mañana por la noche –fecha límite fijada por la Comisión Europea para la negociación–, Francia pedirá la reunión del consejo de cooperación para constatar que el Reino Unido no está cumpliendo su palabra”, dijo Girardin en una intervención en el Senado.

La ministra precisó que, en caso de activarse el contencioso, sería la Comisión Europea la que lo dirigiría y aplicaría las medidas de represalia “si deben aplicarse”.

Según Girardin, Francia ha obtenido 1.004 licencias para faenar en aguas bajo jurisdicción británica y faltan aún 94. A su parecer, ese número relativamente pequeño “no es anecdótico” porque detrás hay pescadores y sus familias. “Un empleo en el mar son cuatro empleos en tierra”, recordó.

Los acuerdos del Brexit, firmados entre la Unión Europea y el Gobierno británico a finales de 2020, prevén que los pesqueros europeos sigan faenando en aguas británicas siempre que puedan demostrar que trabajaban allí con anterioridad. Francia se ha quejado de que la mayoría de las licencias a pesqueros europeos que quedaban sin atribuir eran las suyas, y considera que es una forma de discriminación sistemática y que tenía un objetivo político.

Su respuesta fue amenazar a finales de octubre con aplicar un paquete de represalias, incluida la prohibición a los pesqueros británicos de desembarcar en los puertos franceses y aumentar los controles aduaneros a los productos llegados del Reino Unido.

En el fondo lo que hay es un desacuerdo entre París y Londres sobre la cantidad de justificantes que hay que presentar para obtener los permisos, ya que algunos barcos antiguos no disponen de archivos suficientes para probar que ya faenaban en aguas británicas.Tras las amenazas de París, ambos países iniciaron una serie de reuniones en las que también interviene Bruselas, en las que no se ha conseguido de momento un acuerdo.