El furtivismo se triplica en A Guarda y Vigo pero caen las multas impuestas

Gardacostas realizó más incautaciones entre enero y septiembre (14.502) que en los mismos meses de 2019, 2020 y 2021

Manuel, vigilante de la Cofradía de Vigo, patrullando en la playa de A Punta (Teis). // RICARDO GROBAS

Manuel, vigilante de la Cofradía de Vigo, patrullando en la playa de A Punta (Teis). // RICARDO GROBAS / Jorge Garnelo

En la costa de A Guarda y la ría de Vigo el furtivismo es una realidad cada vez más consolidada, como también lo es la labor de las autoridades gallegas para erradicarlo. Solo basta con ver la cantidad de incautaciones que estas dos áreas (pertenecientes a la Zona 9) han registrado en lo que va de año y uno se da cuenta: exactamente 14.502, de enero a septiembre, según los últimos datos de la Consellería do Mar. El número es superior a las 13.843 realizadas en el mismo periodo de los últimos tres años, dos de ellos marcados duramente por el coronavirus y, cómo no, por las medidas sanitarias que impidieron a muchos inconscientes vaciar el mar para llenar sus bolsillos. Con el desvanecimiento de los ingresos hospitalarios provocados por los contagios, la actividad furtiva ha aumentado a rasgos generales en Galicia. Se han llevado a cabo un 54,5% más de incautaciones (32.115 en los tres primeros trimestres de 2022 frente a 20.790 de los tres primeros trimestres de 2021). ¿Qué se decomisa? Sobre todo nasas, miños (arte de enmalle) y cacharros. También sardina, almeja japónica, centolla y pulpo. Productos muy atractivos, con un alto valor en el mercado durante determinadas épocas o que llegan tras grandes operativos efectuados a lo largo de todo el litoral autonómico.

“Os datos entre xaneiro e setembro deste ano mostran a volta á normalidade nos controis e inspeccións do servizo tralo impacto da pandemia. Reafirman o bo resultado da estratexia dos Gardacostas de adaptar os seus controis ás zonas, épocas e especies de máis relevancia”, explica el departamento de Rosa Quintana en declaraciones a FARO, indicando el doble fin de esta labor: “Que só cheguen á cidadanía os produtos procedentes das canles legais, os únicos que contan con todas as garantías para o seu consumo” y “evitar que o dano que provoca a actividade irregular aos profesionais do sector dada a importancia socioeconómica que as actividades pesqueira e marisqueira teñen na comunidade”.

En Vigo y A Guarda, las incautaciones han aumentado significativamente y, en consecuencia, lo han hecho los kilos decomisados (que han pasado de 2.273 a 7.141). Pese a ello, el número de kilogramos decomisados se mantiene en proporción: ronda los dos kilos por incautación tanto en 2022 como en 2021.

A nivel Galicia, la cosa cambia. Si nos regimos estrictamente por el peso, los kilogramos decomisados durante los primeros nueve meses del año (22.654) suponen menos de la mitad de los que se obtuvieron durante el mismo periodo del pasado año (fueron 53.399 entonces), mientras que la proporción entre kilos decomisados e incautaciones ha descendido tajantemente pasando de 2,6 a 0,7 kilogramos decomisados por incautación. En otras palabras, se encuentra más, por lo menos más veces, aunque acabe siendo menos en cantidad.

Los datos

  • 22.654

    Kilogramos comisados

    De enero y septiembre en Galicia: la mitad de los que se obtuvieron durante el mismo periodo de 2021 (53.399).

  • 2.261

    Infracciones

    Están a la baja, frente a las 2.482 que se tramitaron un año atrás: 200 menos. En Vigo-A Guarda hubo 301: 39 menos.

  • 38

    Arrestos o investigados

    En lo que va de año: son superados de lleno por los que hubo en 2019, 2020 y 2021 con 154, 81 y 112 respectivamente.

El sur pontevedrés, en lo alto

Por áreas, Vigo-A Guarda destaca como la zona que más incautaciones ha registrado entre enero y septiembre de este año (14.502), seguida de San Vicente-Ría de Pontevedra (6.081) así como Arousa Sur (3.990). Entre ellas concentran tres de cada cuatro incautaciones realizadas en la comunidad gallega. Por kilos decomisados, vuelve a ser Vigo-A Guarda la que se lleva la primera posición (7.141), seguida de Fisterra-Porto do Son (3.065) y Corrubedo-Arousa Norte (2.740).

“O feito de que se producisen máis incautacións ca nos anos precedentes e menos comisos reflicte a efectividade do labor para evitar a reincidencia dos furtivos mediante a retirada dos aparellos e útiles que empregan para extraer os recursos”, manifiestan fuentes la Consellería do Mar, dejando claro que “os datos de incautacións son un bo espello da evolución do furtivismo ao ser máis constantes, mentres que no caso dos comisos un gran operativo pode influír de xeito significativo nos datos globais”.

Así las cosas, de 2021 a 2022 no ha variado prácticamente el número de inspecciones llevadas a cabo por Gardacostas, que se sitúan para ambos años en poco más de 8.000. Sin embargo, y pese a que el número de incautaciones ha aumentado, no lo ha hecho el número de infracciones, que han pasado de 2.482 a 2.261: unas 200 menos. En Vigo-A Guarda, de 340 a 301.

Desde el 2019, este año es el que, por ahora, se han puesto menos multas ligadas al furtivismo: solo por delante del 2020, afectado drásticamente de la pandemia del coronavirus y el confinamiento que hubo entre los meses de marzo y mayo por las elevadas infecciones.

El furtivo, más escurridizo a la hora de esquivar las sanciones, parece un fantasma a ojos de la ley. Mientras en 2019 y 2021, años no afectados de lleno por la COVID, las autoridades detuvieron o investigaron a 154 y 112 personas respectivamente, en lo que va de año (hasta el pasado 30 de septiembre) únicamente han caído 38 presuntos furtivos... Uno a uno cada semana.

Manue, Guarda Rural, vigila furtivismo en la playa de La Punta.Manuel, vigila la playa de La Punta

Manue, Guarda Rural, vigila furtivismo en la playa de La Punta.Manuel, vigila la playa de La Punta / RICARDO GROBAS

[object Object]

Fue hace ya unos años, antes de la pandemia, cuando la Cofradía de pescadores de Vigo decidió contratar un vigilante para evitar la actividad de los furtivos. Una apuesta que se materializó en Manuel, que vigilaba ayer la playa de A Punta, en la parroquia de Teis, aprovisionado de sus prismáticos. Todo con el objetivo de que la costa olívica esté protegida de la lacra que tanto daño hace al sector de mar gallego.

Entre agua y nubes también se encontraba, no muy lejos, Iago Soto, patrón mayor de la citada corporación, quien asegura que este plus de “control” ha traído consigo más calma a una zona de la que viven y que se ve severamente amenazada por las conductas ilícitas de unos pocos: “Nos afecta bastante en términos de recurso y a nuestros ingresos”.

“El furtivismo lo que hace es generar inseguridad, ya no solo a nosotros, sino también al mercado puesto que tiene sus vías de comercialización. Aunque hay furtivos que se llevan a casa lo que recolectan hay otros que lo venden, a particulares o restaurantes, y ahí es donde está el peligro porque esos productos no tienen ninguna garantía sanitaria”, explica, resaltando que vigilancia como la que ellos han contratado causa un “efecto disuasorio” que funciona exitosamente.

Lo dice mientras desde tierra Manuel patrullaba. “Al estar yo solo de guarda para toda la costa se hace bastante complicado”, apunta el vigilante, destacando la parte mala pero también la positiva: “Estás en la costa, tienes contacto con la naturaleza y una libertad que no hay en las oficinas”.

Suscríbete para seguir leyendo