Calcinado el local del puerto deportivo en una noche sin bomberos en O Morrazo

Los equipos de extinción tuvieron que acudir desde O Porriño y el fuego redujo a cenizas el restaurante y dependencias de Moaña Mar

Decenas de vecinos acudieron a presenciar los restos del incendio.

Decenas de vecinos acudieron a presenciar los restos del incendio. / Gonzalo Núñez

El fuego volvió a sacudir el frente marítimo de Moaña. En esta ocasión las llamas calcinaron el conocido restaurante La Bathía, anexo al puerto deportivo, así como las oficinas, baños y vestuarios que dan servicio a los pantalanes de recreo y que gestiona el Club Moaña Mar y la zona de lavandería. Melania Ríos, de 38 años, había cogido las riendas del restaurante, de madera y muy vistoso al encontrarse sobre el mar, en el mes de febrero “con la intención de trabajar durante los 10 años de concesión”, explica. Los testigos de lo ocurrido tenían en su mente el incendio que quemó el astillero de Casqueiro en 2017.

La noche de este jueves Melania Ríos y las cinco trabajadoras en plantilla atendieron a dos mesas y cerraron sus puertas sobre las 23.30 horas. Pocas horas después, a las 2.05 horas, una patrulla de la Policía Local que pasaba por la céntrica zona advirtió que salía humo del tejado del restaurante, que compartía con las dependencias del club un inmueble de madera con tejado de chapa. Los agentes dieron aviso al 112 que movilizó a los equipos de emergencia. Pero si había alguna opción de salvar el restaurante, ésta desapareció al comprobarse que, una vez más, al Parque de Bombeiros do Morrazo estaba cerrado, con sus dos efectivos operativos –uno estaba de baja– desplazados una vez más a O Porriño.

Los bomberos llegaron con el camión de la comarca sobre las 2.45 horas, cuando empezaron a rociar una estructura de madera que ya estaba casi consumida y poco más pudieron hacer que sofocar las llamas e impedir que llegasen a la otra caseta de madera que se usa para el trabajo de los marineros de los pantalanes. En principio el camión contaba con los dos bomberos de la comarca y uno de O Porriño, aunque otras fuentes apuntan a que eran dos los efectivos del parque porriñés. La alcaldesa, Leticia Santos, siguió el operativo in situ en todo momento y se mostró crítica con el retraso: “Cierran nuestro parque para priorizar el de O Porriño. Las alcaldías de la comarca ya advertimos de que podía pasar algo así, y al final nos tocó en Moaña”, lamentaba.

El tiempo de espera hasta llegar al lugar de los hechos se debió a que, “al contar con el tanque lleno, el camión no pasó de los 110 km/h durante el trayecto”, explica desde la representación sindical Adrián Pena. La CIG enmarca una vez más el cierre en el conflicto laboral que mantiene a los bomberos en huelga desde hace meses. Los efectivos recibieron un relevo sobre el terreno a las 4.30 horas por parte de los Bombeiros de Ribadumia y también fueron movilizados los efectivos del GES de Mos y participaron voluntarios de Protección Civil de Moaña, aunque de forma llamativa no se dio aviso a Protección Civil de Cangas, que tiene una tanqueta.

Las llamas se extendieron rápidamente.

Las llamas se extendieron rápidamente. / FdV

Por la mañana seguían rociando la zona para enfriarla, mientras la Policía Judicial trataba de determinar el origen del fuego. El incendio concluyó sin lamentar daños físicos pues todas las instalaciones estaban vacías, aunque los daños materiales son cuantiosos.

Los coches del entorno fueron retirados con ayuda de la Policía y tres de ellos sufrieron daños leves. En cuanto a los más de 300 barcos amarrados en el pantalán, solo uno se vio afectado al fundirse telas. Trabajadores del puerto deportivo estuvieron moviendo los barcos desde los primeros instantes del fuego, lo que evitó más daños. “Es imposible una valoración ahora de las pérdidas. Esperemos que los seguros sean rápidos”, apunta el presidente de Moaña Mar, Gustavo Rodríguez. El directivo del club gestor de las instalaciones indica que cuando llegó a la zona, junto a otros directivos de Moaña Mar y trabajadores, “no pudimos ni intentar usar mangueras debido a la altura de las llamas y al calor que desprendían”.

La responsable del restaurante, que había modificado su decoración interior a comienzos de año, mostraba ayer su tristeza pero, junto a sus trabajadoras, también confiaba en el futuro. “Sé que los seguros tardarán en resolver. Mientras tanto la plantilla de cinco trabajadoras que mantenemos en temporada baja deberá ir al paro, para que sigan cobrando, pero la intención es reconstruir y reabrir lo antes posible”, explicaba.

Gustavo Rodríguez piensa también en el futuro más inmediato. “Esperamos que acaben rápido la investigación y los seguros para poder desmontar la parte de la fachada que queda en pie, pues supone un peligro. Queremos poner a funcionar los sistemas informáticos, porque es el mayor problema a corto plazo”. Apunta también a que necesitan la retirada de los escombros para instalar vestuarios portátiles de forma temporal, “Pues tenemos a los tripulantes de siete barcos de tránsito que ahora se quedan sin zona para ducharse”.

El puerto deportivo de Moaña está siendo objeto de una renovación y en el último año sus socios habían invertido 150.000 euros en sustituir parte del dique exterior de abrigo, para evitar su caída.

El personal de La Bathía, presenciando el operativo.

El personal de La Bathía, presenciando el operativo. / Gonzalo Núñez

La dueña de la Bathía: “Solo abrimos por los clientes de Conxemar”

Solo la casualidad quiso que el restaurante La Bathía abriese sus puertas para trabajar la noche del jueves. La responsable, Melania Ríos, explicaba por la mañana, mientras decenas de curiosos se acercaban a ver los restos del incendio, que “en temporada baja no abrimos entre semana, solo los fines de semana. Pero en esta ocasión servimos cenas para los clientes de Conxemar que se hospedan en los hoteles de la comarca”. De ahí que la noche antes del incendio solo atendiesen a dos mesas. Mientras intenta comprender lo sucedido, la empresaria moañesa explica que cuenta con cámaras de vigilancia en la cocina “y parece claro que el fuego no comenzó en esa parte. Las cámaras quedaron bien, solo que dejaron de grabar al avanzar las llamas”, desvela. El personal del establecimiento asumía también a lo largo de la mañana su necesario paso por el desempleo hasta que el restaurante pueda reconstruirse y volver a estar operativo. El puerto deportivo de Moaña cuenta con 400 amarres en total, tras la ampliación de los fingers en el año 2014, cuando se ganaron 41 plazas. La concesión al club actual para gestionar las instalaciones estará activa al menos hasta el año 2047.

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