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Beltrán Iraburu Intérprete, cantante

Beltrán Iraburu: “El acceso a la cultura es fundamental para que un país sea mejor”

“Lo que viví el día de la Cabalgata no lo voy a olvidar, lo que da el público no se puede explicar con palabras”, explica el actor de alma gallega, el mediático Rey Gaspar de Madrid

Iraburu como rey Gaspar, en la cabalgata de la Comunidad de Madrid

“Todavía estoy de resaca emocional. Ha sido superbonito”. El actor y cantante Beltrán Iraburu habla así del éxito mediático que le ha dado su papel de Gaspar en la Cabalgata de Reyes Magos de Madrid de este año.

Estos días ensaya para un papel en “El ocaso de los dioses” en el Teatro Real en Madrid. De este, sin que pueda desvelar más, al tiempo que un par de series y una película lo tantean. Iraburu debutó con su primer rol solista en ópera en Milán.

  • Ficha personal

    Nació hace 46 años en Pamplona. Empezó a estudiar canto y piano en el conservatorio a los 11 años; es diplomado en Geografía e Historia así como licenciado en Musicología. Se formó en canto lírico en Milán y en los últimos años ha alternado la ópera con los musicales y la ópera gallega “María Soliña”.

Tenía 24 años y era el día de su cumpleaños. Interpretaba a Masetto en “Don Giovanni”, “un gañán que me encanta”, defiende. Ahí, se despertó “la chispa de la actuación”, que alterna con la centella de la ópera: llegó a cantar con Montserrat Caballé en Il Duomo en 2000, ella que “era y es mi cantante favorita de todos los tiempos”, reconoce.

"Toda la familia de mi madre son de A Coruña, de la zona del Orzán"

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–Sus raíces son gallegas, de A Coruña.   

–Sí, mi madre y toda la familia de mi madre son de A Coruña, de la zona del Orzán. Así que todos los veranos y también durante el año íbamos a ver a mi abuela y a mis tíos así como a mi familia gallega a la que quiero muchísimo.

–Y este verano estuvo por causa del trabajo.   

–Este verano estuve con la Capella de Ministrers [grupo dedicado principalmente a interpretar de forma fidedigna de la época la música española de antes de 1800] y en Pontevedra y Lugo con la ópera-folk “María Soliña” [sobre la historia de una mujer gallega, de Cangas do Morrazo, acusada y condenada por bruja por la Inquisición].

Beltrán en "María Soliña" Alex Sampedro Cediiel

–Pero nació en Pamplona.   

–Sí, mis padres se conocieron en Madrid, en Cibeles, por la calle y se fueron a vivir a Pamplona y allí nacimos yo y mis siete hermanos. Pero yo, aunque soy navarro, tengo alma gallega.

–A los once años, comenzó a estudiar canto y piano.   

–Era un aficionado de la música clásica por mis padres. Mi padre es un gran melómano y mi madre escuchaba mucho a Bach. Mi padre me hacía muchas audiciones de música clásica. Un día, me puso, de su colección de clásicos, una aria de Händel. Recuerdo pensar: “Esto, esto es lo que me gusta”. Y con 13 años me compré mi primer disco de ópera, “La Traviata”.

–¿Lo de estudiar piano lo tuvo claro desde siempre?   

–No, empecé a cantar en la escolanía de mi colegio. Teníamos un director que era un muy buen músico y al que estoy muy agradecido. Él habló con mis padres para decirle que tenía ganas y cualidades por lo que debían ponerme a estudiar piano, solfeo y armonía.

–Para esta carrera de músico, ¿ha tenido que sacrificarse mucho?   

–He tenido y tengo que estudiar mucho. Aparte, he tenido una carrera muy atípica. He querido abarcar todo: de canto gregoriano a Elton John. Y lo sigo haciendo, desde ópera a música antigua, teatro musical; y como actor, igual. Me he formado en la Central de Cine con Eva Lesmes. Yo diría que como actor mi mayor sacrificio ha sido el tiempo y dinero que he dedicado a formarme en muchas cosas ya que soy muy inquieto.

–¿Qué siente al actuar?   

–Muchas veces, me siento asustado. Como muchos artistas, tengo bastante miedo escénico. Muchas veces estoy preocupado por el papel o si tengo que cantar algo muy difícil, por la voz. Pero, generalmente, una vez empieza el momento de centrarse en el papel, lo importante es dejar que el papel te lleve a donde te tenga que llevar y disfrutar. Por ahora, lo voy consiguiendo.

–En la ópera “María Soliña”, usted hace de inquisidor.    

–Una vez más hago de villano. Por primera vez en la Cabalgata hice un papel que era la bondad encarnada. Los actores con voces graves como la mía estamos destinados generalmente a encarnar a villanos. Estuve seis años haciendo de Scar [el tío malvado del protagonista, Simba, de “El rey león”] y un par de año Gastón de “La bella y la bestia”. En “María Soliña”, el inquisidor, una vez más, es un villano y estoy encantado de interpretarlo porque me encantan los villanos.

–¿Le gustaría dar el salto a otras localidades con esta obra?   

–Es una obra excepcional y estaría encantado de seguir colaborando. Tiene una música y una historia que tiene que llegar a más público. Me llama la atención que una música de tanta calidad y una historia tan importante para Galicia no se programe con el Xacobeo por todos los sitios. 

–A raíz de su éxito por la aparición en la Cabalgata de Madrid, como artista, ¿no le gustaría que se hablase más de usted por la calidad artística que por la apariencia física? ¿Cómo lo vive?

–Lo vivo con bastante calma. Los medios han sido superrespetuosos. Se ha comentado mucho lo de “guapo” y yo alucino pero bueno, estoy muy halagado y me parece muy divertido. Me lo he tomado con distancia y calma porque no tengo 20 años, tengo 46. La mayor parte de los medios cuelgan mi currículo y hablan de que soy una persona que llevo en la profesión de actor y cantante más de 20 años.

–¿Cómo fue su fichaje?   

–El director artístico de la Cabalgata es Paco Azorín que es uno de los directores de ópera y escenógrafos más importantes de España. Yo lo había conocido en un curso de interpretación actoral y él pensó en mí para Gaspar.

–O sea que se lo propuso y se lanzó...   

–De cabeza. Sí, porque desde muy niño me ha encantado la Cabalgata y de mayor también porque me encantaba ir con mis sobrinos. Me parece un momento supermágico. Lo que viví ese día, más allá de lo que haya pasado con los medios, no lo voy a olvidar. El recuerdo que más guardo es que... Mira, me emociono [comenta con la voz quebrada] Lo que te da el público en una situación como esa no se puede explicar con palabras, gestos o miradas. Dar tanta felicidad a los niños y a los padres... Me sentí un Mago.

–¿Debería recibir más apoyo la cultura en España?   

–El acceso a la cultura es fundamental para que un país sea mejor. España tiene muchísimo talento. Ahí está Nacho Mañá que escribió una pedazo de ópera, “María Soliña”, con 22 años, y que tanto él como el director de la obra estudian en el extranjero. Yo tuve que irme a vivir a París cuatro años porque en Francia vivir del espectáculo es más fácil porque está más apoyado por el Gobierno. 

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