La tarta de queso es sin lugar a dudas una de las reinas de la repostería en la mayoría de los hogares. Pocos se resisten a alguna de sus variedades: de queso fresco, al horno, con algún ingrediente sorpresa o incluso las versiones más internacionales. En esto de la cocina cada maestrillo tiene su librillo y no son pocas las recomendaciones que hay para lograr la mejor tarta de queso y si puede ser fácil, rápida, barata y que no engorde lo tendría todo (aquí te contamos cómo cocinarla al microondas o la versión light).

Para que se te haga la boca agua con tu próxima tarta de queso te dejamos cuatro trucos para lograr la elaboración perfecta:

El molde

Resulta indiferente que sea metálico o de silicona, es más importante como se prepara antes de ponerle la mezcla. Debemos colocar un trozo de papel de horno en el interior y barnizarlo bien con aceito o mantequilla, según gustos.

Base de gallega crujiente

Para conseguir que la base de la tarta con galleta y mantequilla quede crujiente el truco está en colocarla en el molde, presionar bien y hornearla unos 8 minutos a 160 grados. Luego, la dejaremos enfriar antes de añadirle el resto de la mezcla.

Punto de cocción

Mantener la temperatura constante dentro del horno, abriendo la puerta solo lo imprescindible para comprobar con un palillo si el centro esta cuajado, garantiza un buen resultado. Además, si se opta por un molde metálico puede ponerse en el horno a baño maría

Cómo enfriar y desmoldar la tarta de queso

Aquí existe división de opiniones. Hay quien apuesta por dejar que la tarta atempere con la puerta del horno completamente cerrada y quien opta por dejarla entreabierta. Lo que suele desaconsejar es enfriarla fuera del horno ya que puede ocasionar grietas en la superficie. Para garantizar que se desprenda bien del molde debemos dejar que enfríe adecuadamente.