El pimiento es una de las hortalizas más consumidas en nuestro país. Raro es ver una despensa que no tenga al menos un pimiento con el que acompañar cualquier comida porque lo cierto es que, un pimiento quedan bien con todo. Es, sin duda, uno de los alimentos básicos de la dieta mediterránea: alta en vitaminas, de sabor intenso y con un color que insufla vida a cualquier comida por más sosa que te pueda parecer.

Existe una gran variedad de pimientos de diferentes colores, sabores y tamaños pero todos ellos contienen grandes cantidades de vitamina A y C así como calcio. Tienen un alcaloide, según las distintas variedades, que es el responsable del sabor picante. Además, hay infinidad de formas de cocinarlos. No sólo hay que pensar en los pimientos como un complemento sino que, podemos convertirlos en los protagonistas de nuestros platos por ejemplo, haciéndolos rellenos. ¿Problema? Que tienen una piel bastante dura y que no gusta a todo el mundo.

Pelar un pimiento al natural sin llevarnos media carne por el medio es prácticamente imposible por eso, aquí te vamos a unos dos trucos que dejarán tus pimientos intactos y sin un tozo de piel. Para pelar un pimiento con facilidad hay dos consejos. 

  1. Pon el pimiento a asar. Una vez que esté asado, mételo y sácalo en agua con hielo para que se enfríe la capa de la piel y se pele más fácilmente. 
  2. La otra forma consiste en envolverlos en papel de aluminio después de asarlos durante un tiempo de 15 minutos.

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¿Cómo conservar el pimiento?

Si eres de los que siempre tiene pimientos en casa por si las moscas o de los que no lo usa entero debes saber que, para conservarlo en perfectas condiciones hay que guardarlos en la nevera en una bolsa de plástico abierta. Pueden llegar a durar un par de semanas. Una vez abiertos, la pulpa debe ser consistente y ligeramente crujiente. Si la notas blanda significa que ya no está en buenas condiciones para ser consumido.