En una cazuela con un poco de aceite se ponen las cebollas picadas muy finas; se pochan ligeramente y se añaden los tomates —bien limpios, sin piel ni semillas— cortados en trocitos muy pequeños. Cuando el tomate esté bien deshecho, se añade un litro y medio de agua, se sala al gusto y se deja cocer durante 10 minutos.
Transcurrido este tiempo, se pasa todo por el pasapurés y se pone de nuevo en el fuego; cuando el caldo de tomate comience a hervir, se añade el arroz y se deja cocer durante 20 minutos más. Terminada la cocción, se pasa la sopa a una sopera y ya está lista para servir.