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TÓMATELO EN SERIE

'Ozark': llega el principio del fin de la saga sobre familia y narcotráfico

Hablamos con el 'showrunner' Chris Mundy sobre los temas, los desafíos y las músicas de este clásico de Netflix, cuya temporada final se empieza a desvelar el viernes

Laura Linney (Wendy) y Jason Bateman (Marty) en 'Ozark', temporada cuatro. Netflix

Después de casi dos años sin saber de los Byrde, 'Ozark' y su familia de criminales de cuello blanco regresan a Netflix el viernes, día 21, con siete nuevos episodios, la primera mitad de una temporada final que se cerrará este mismo año. El 'showrunner' Chris Mundy no parece demasiado nervioso por saber cómo se recibirá el esperado desenlace: "Siempre habrá gente descontenta, esencialmente porque a nadie le gustan los finales", nos explica en conversación telefónica. "Pero quienes ya lo han visto parecen satisfechos". 

Antiguo periodista musical pasado a guionista televisivo, Mundy ha convertido esta creación de Bill Dubuque y Mark Williams en verdadero fenómeno popular y en una fuente de prestigio para Netflix. Además de coronarse como la serie original (de cualquier plataforma) más 'streameada' en Estados Unidos en 2020, 'Ozark' acumula más de treinta nominaciones a los Emmy; la actriz Julia Garner ya se ha llevado dos por su papel de Ruth Langmore, malhablada pero conmovedora gánster 'redneck'.

Igualmente celebrado ha sido el trabajo de Jason Bateman (quien además produce y a veces dirige) y Laura Linney como Marty y Wendy Byrde, el consultor financiero y la agente de relaciones públicas que tratan de saldar una deuda peligrosa blanqueando dinero en los Ozark, la región montañosa al sudoeste de Misuri donde se desarrollaba 'Winter's bone'. Se mudan allí desde Chicago con dos hijos, Charlotte (Sofia Hublitz) y Jonah (Skylar Gaertner), a los que esperan problemas de adolescencia, pero también de otras clases. En su intento de hacer las paces con el cartel mexicano que les amenaza, los Byrde al completo conocerán a fondo a los gánsters locales, como las familias Langmore y Snell o la Kansas City Mafia. 

Según Mundy, la serie es, "en primer lugar, un drama de familia, y después, un thriller de narcotráfico". Cree que esa priorización es el secreto de su éxito: "La gente se puede reconocer en muchas situaciones, aunque a veces sean versiones extremas de las que puedan tener en sus propias vidas. Para nosotros, la parte criminal es como el raíl para que el tren se mueva". Lo que no quiere decir que no inviertan demasiado esfuerzo en hacer creíbles las tramas de poder, corrupción y mentiras: tienen expertos para todo. "Hemos trabajado con un agente del FBI que se especializa en blanqueo de dinero. En el equipo de guionistas no tenemos ni idea de negocios [risas], así que tenemos gente que nos ayuda con todo eso. Cuando, en la segunda temporada, empezamos con las tramas de los casinos, hablé con la Missouri Gaming Commission [el organismo que regula el juego en dicho estado] y un abogado para no pifiarla".

Ganadores y perdedores

Los ya iniciados recordarán cómo, al final de la tercera temporada, Ruth se alejaba de los Byrde para ponerse del lado de la temible Darlene Snell (Lisa Emery), lo que significaba también reunirse con su primo Wyatt Langmore (Charlie Tahan). A la hora de derruir el imperio que los Byrde están construyendo en los Ozark para el cartel mexicano, el clan Snell deberá vérselas con una importante nueva amenaza: Javi Elizondro (carismático Alfonso Herrera), sobrino de Omar Navarro (Felix Solis) sin paciencia para el juego lento de su tío. 

Los Byrde arrancan temporada con doble misión: detener a Darlene en sus planes de volver a producir heroína y usar su influencia para que Omar pueda hacer un trato con el FBI y retirarse del negocio sin miedo al arresto o el asesinato. "Por suerte para ellos –explica Mundy–, Marty y Wendy están más cerca el uno del otro de lo que han estado en mucho tiempo. Al final de la tercera temporada hubo un acercamiento. Queríamos mantenerlos en el mismo bando y explorar una ruptura más paternal que conyugal. Será Jonah quien, en cierto modo, romperá con ellos".

Ese distanciamiento de Jonah es producto del dolor por el asesinato de Ben (añorado Tom Pelphrey), que su propia hermana, Wendy, dejó suceder. 'Ozark' sigue usando el género negro para explorar las insondables dualidades del alma humana: "Wendy se siente culpable por haber dejado que mataran a Ben, está destrozada por ello, pero a la vez no dudará en usar a ese hermano asesinado para lograr sus objetivos". ¿Ese es el tema principal de la serie? ¿La mezcla constante de bien y mal en nuestro interior? "Desde luego, es uno de los temas. Pero me gustaría creer que 'Ozark' trata también sobre otras cosas, como las mentiras que nos contamos a nosotros mismos, o el hecho de que para seguir existiendo, el capitalismo necesitará siempre un ganador y un perdedor".

De los silencios al 'groove'

Para que ese carácter reflexivo aflore, es necesario que la serie respire. Algo que distingue a 'Ozark' de muchas series actuales (y la conecta con una obra maestra como 'Better call Saul') es su fidelidad a un tempo pausado. "En cada episodio pasan muchísimas cosas, pero nos gusta que las escenas tengan cierto aire y puedas detenerte en los matices de las conversaciones y los personajes. Ha de parecer que estás ahí. No queremos que la serie sea una simple máquina de trama".

En ocasiones, la calma chicha se rompe en los créditos finales con algún banger hip hop. "Elegir música es lo más divertido de hacer la serie", dice este antiguo redactor de 'Rolling Stone'. "Me paso el día intercambiando canciones con el supervisor musical Gabe Hilfer, que tiene un gusto increíble. Un día decidimos que a Ruth le iría el hip hop de vieja escuela; esa es su onda. Después, cuando alguien va en coche, solemos poner canciones de radiofórmula de los setenta. Nos gusta el contraste de esa música hortera con lo que sea que esté pasando en la serie en ese momento, que suele ser, por supuesto, algo oscuro".

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