España concluyó los Juegos Paralímpicos de Tokio con 36 medallas, cinco más que las logradas en Río de Janeiro, logrando además 131 diplomas, lo que representa un total de 167 puestos de finalista. Juan Antonio Saavedra fue el encargado de cerrar ayer el medallero español al ganar el bronce en la modalidad de carabina tendido a 50 metros.

José Antono Saavedra, 
durante la prueba   | // P. ORIBE

José Antono Saavedra, durante la prueba | // P. ORIBE ramón chamorro

El pontevedrés, de 47 años y residente en Vigo desde hace dos décadas, se colgó con brillantez su segundo metal paralímpico nueve años después de haberlo logrado en Londres, en la misma prueba, y en sus quintos Juegos Paralímpicos, a los que llegaba avisando de que era candidato serio al podio.

Y Saavedra ya demostró que llegaba bien cuando se quedó a un suspiro de entrar en la pelea final por las medallas en la carabina tumbado de 10 metros, donde terminó cuarto. En esta ocasión, afinó bien su puntería y nadie le pudo quitar su valioso premio.

Ganador este año en la Copa del Mundo, el pontevedrés era uno de los candidatos de una competición mixta, pero antes tenía que pasar la criba y clasificarse entre los ocho que disputan la final de los 48 que la inician. Saavedra no falló y se metió con la tercera mejor puntuación (620.6).

Luego, al tirador gallego le tocaba ir superando rondas hasta quedarse con los tres mejores. En la séptima, sumó un total de 205.5, por los 205.0 del francés Cedric Fevre y se aseguró un puesto en el podio, finalmente el tercero porque en la siguiente tanda sus 226.3 no fueron suficientes contra los 227.8 de la eslovaca Veronika Vadovicova, que se llevaría el oro, y los 227.3 de la sueca Anna Norman.

La motivación del cuarto

Juan Antonio Saavedra reconoció que sintió “presión” cuando llegó a Tokio para competir en los Juegos Paralímpicos, pero que haber rozado la medalla en su primera prueba le dio “motivación” para conquistar ayer domingo el bronce en la carabina tendida de 50 metros. “Sentía presión. En Río es que ni me metí en finales y tenía el fantasma rondando la cabeza, pero el primer día me metí en la de los 10 metros, no pillé medalla por dos décimas y eso me sirvió de motivación para hoy”, apuntó Saavedra tras la prueba.

El pontevedrés recordó que este ciclo había sido “muy complicado por la incertidumbre de la pandemia”, sobre todo para un deporte como el suyo, “que es muy de cabeza y hay que estar centrado”. “Y este último mes ha sido incluso más difícil, primero por la ‘burbuja’ de 15 días en el CAR de Madrid y luego porque al llegar a Tokio estuvimos parados cinco días sin poder entrenar, encerrados en la Villa”, subrayó.

“La presión psicológica influye mucho. Hoy era un día muy complicado porque había mucho viento y cambiaba mucho, y, en general, ha habido puntuaciones bajas. A mí me tocó en el medio del campo de tiro y me venía el viento de todos lados”, añadió el gallego.

Para este, es muy importante no pensar “mucho en lo que has hecho sino en lo que te queda por hacer”. “Estoy muy contento con el bronce, pero hay que ir día a día y seguir avanzando. Espero ser también el primero en conseguir la plaza para París, que en junio del año que viene ya en la Copa del Mundo hay otra oportunidad”, sentenció.