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Luis M. Alonso.

Los atropellos y los derechos

La pandemia ha cambiado las vidas de los que aún podemos conservarla y, al contrario de lo que muchos decían con optimismo alelado, no nos ha hecho mejores. También ha servido para poner en evidencia el instinto represor de algunos de nuestros políticos, que cuando tienen la menor oportunidad presumen de demócratas sin grandes méritos para ello. Es cierto que el caos en la gestión propiciado por las dejaciones de responsabilidad del Gobierno ha situado a muchos en un terreno donde no saben moverse cuando se trata de aplicar medidas en favor de la salud y para prevenir el aumento de los contagios por COVID. Así, acuden a los jueces para reclamar toques de queda y lo hacen, además, sin esconder la satisfacción que les produce poder ejercer un control férreo sobre el rebaño todavía no inmunizado. Al parecer, no ha servido apenas de nada que el Tribunal Constitucional se pronunciase en contra de las conductas restrictivas excesivas sobre los movimientos de la población.

“No ha servido apenas de nada que el Tribunal Constitucional se pronunciase contra las conductas restrictivas excesivas sobre los movimientos de la población”

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Pero tampoco hay que confundirse ni confundir el tocino con la velocidad. Me refiero al pase COVID, igualmente llamado “pasaporte”, que algunas comunidades exigen debido a la alta incidencia de casos y que ha supuesto una nueva fricción entre Vox, que se opone a él, y el PP. El partido de Abascal se erige en único defensor de los atropellos a las libertades que sufren los españoles. En su afán por diferenciarse y no distanciarse de los populares en las encuestas, practica una especie de pulsión nihilista que ha llevado incluso a algunos de sus simpatizantes a abrazar el negacionismo, algo que dadas las circunstancias y las víctimas causadas por el virus resulta igual de tonto que una piedra. Además, si hay que hablar de atropellos de los derechos, Vox permitió el agravio que a partir de ahora sufrirán muchos españoles tras salvar con su abstención el decreto que le aseguró a Sánchez el exclusivo control y reparto de los fondos europeos. Conviene no sacar pecho.

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