Opinión

Santiago Romero

El Cumple

Cumplió hace poquito Vicky Beckham, la Spice Girl que casó con el futbolista. ¡Cuánta felicidad se respira en los cumpleaños! Alrededor de una tarta con velitas se reúne la familia y el cumpliente se prepara para soplar. Es una costumbre de dudosa higiene, pero tampoco me voy yo a poner aguafiestas. Tras el apagado de las velas alguien se arranca con el clásico cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deséamos tooodooos, cumpleaños feliz. Obsérvese esa tilde descolocada en la e de deséamos, pero así son las licencias poéticas, te permiten hacer un poco lo que te convenga para adaptarte a las circunstancias. Más licencias poéticas deberíamos permitirnos y así facilitarnos la vida un poco. ¿Pagar de menos en la gasolinera? Licencia poética. ¿Mandar al carallo al vecino? Licencia poética. ¿Retrasarte en el pago de los impuestos? No, eso no, en la agencia tributaria no están para rimas.

Volviendo al cumple. Acaba la cancioncita y, víctima del entusiasmo, otro alguien inicia Feliz feliz en tu día amiguito que dios te bendiga, de los payasos de la tele. Bueno, con algún gesto de resignación contenida se canta ésta también, que como hemos dicho antes, no arruinaremos nosotros la celebración. Pero –y tras dos canciones no se me puede llamar intransigente– podemos tomarnos la licencia poética de parar bruscamente al que con un evidente exceso de entusiasmo pretendía continuar con la canción de Parchís. Es probable que entre los celebrantes más jóvenes no la conozcan, o aunque así sea, traten de olvidarla para que tan bello tema no venga a agriar sus momentos de felicidad. No era yo muy de Parchís ¿saben? A mí me pilló la infancia con el ¿cómo están ustedes? de Fofó y Miliki, y cuando lo de la alegre pandilla multicolor, ya estaba yo más centrado en las presentadoras de Tocata.

Desde la pandemia se soplan menos velas y se felicita más en redes sociales o por whatsapp, que no queda igual de bien pero hace el apaño, y no te obliga a comer esa tarta en cuya receta el pastelero se permitió la licencia poética de incluir más grasas poliinsaturadas de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.

Ea! Pues felicidades Victoria, chuliña, avisa si pasas por aquí y cantamos el wannabe que también vale para un cumple.

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