Todos sabemos que la leyenda negra española fue inventada por los enemigos de España –las potencias que le disputaban la hegemonía internacional– y “comprada” luego por los españoles, que siempre nos hemos infravalorado y hemos sobrevalorado a los de fuera.

También sabemos que las barbaridades que hizo al principio España en América no fueron mayores que las que hicieron esas otras potencias en otros lugares del mundo –o en la propia América: pensemos en Inglaterra o Francia–, pero que enseguida hubo un hecho diferencial a favor de nuestro país: España se paró a pensar en qué estaba haciendo y redactó y promulgó unas Leyes de Indias para proteger a los indígenas americanos de los abusos de los colonizadores. Algo que, como digo, no hizo ninguna otra potencia jamás. Además –y es un tópico, pero un tópico verdadero–, los españoles se mezclaron con los indígenas, dando lugar al mestizaje, lo que, por supuesto, no hicieron las otras potencias, y que, se mire como se mire, habla más bien que mal de nuestros colonizadores.

Por último, hay que algo que se suele olvidar y no es menos importante: desde hace doscientos años, quienes vienen maltratando a los indígenas americanos no somos precisamente los españoles, sino los criollos americanos, es decir, los López Obrador de turno.