La alegría es una virtud fundamental para vivir en comunidad. Pero la alegría es la consecuencia de una vida interior en equilibrio, es consecuencia de una paz interior conseguida tras una lucha constante que la mayoría de las veces son victorias y otras veces son derrotas, pero uno tiene que seguir luchando y no quedarse en las derrotas.

¡Qué a gusto estamos con personas alegres y optimistas! y qué a disgusto estamos con personas tristes y pesimistas, a quienes, en términos coloquiales, llamamos “cenizos”.

Las personas alegres son agradecidas y suelen tener mala memoria para los agravios que uno recibe en el caminar de la vida.

La alegría es consecuencia de una enorme sensibilidad para captar el estado de ánimo de los demás.

Hay seres humanos que ante un vaso medio lleno dicen “no me queda más que medio vaso” y otros que al verlo dicen “aún me queda medio vaso”.

La alegría es algo que desborda y rebosa y es como aire fresco que da vida y refresca el lugar donde estamos.

La vida auténtica está llena de contradicciones y por eso estamos a gusto con las personas alegres, y valoramos que a pesar de los pesares estas personas se sobreponen y tiran para adelante.

La alegría y la sonrisa son las dos caras de una misma moneda y siempre son bienvenidas, ahora que ya terminamos las fiestas mas íntimas del año en que celebramos el nacimiento del niño Dios, la alegría es fundamental para volver a la vida normal y emprender el camino con buen pie y no desfallecer.

Sabemos que la vida no es un camino de rosas, que hay piedras en el camino y la alegría nos dará mas fuerza para apartarlas y seguir avanzando.

Para algunos este camino es un proyecto largo, en la juventud no suele verse el final pero los que estamos entrados en años el final lo percibimos más. Para los que tenemos la dicha de ser creyentes no existe un final, es el comienzo de una vida nueva donde no habrá dolor ni desdicha.

La alegría de vivir es algo apreciado por todos, por los tuyos y por tus amigos, en esta época en que no sabemos si esta sexta ola es la última el sentido transcendente es fundamental para no arrugarse ante cualquier incertidumbre.

La alegría de vivir nos hará estar contentos y hacer felices a los demás.

Qué necesidad tenemos de vivir esta virtud, qué equivocados los que cifran su éxito en el poder o en el dinero, todo esto es pasajero: el dinero y muchas cosas no te las puedes llevar al otro mundo.

A luchar y no desfallecer, la alegría es la consecuencia de la lucha diaria para sobreponerse a los obstáculos de cada día.

Que el nuevo año 2022 sea para todos un año de conquistas en nuestro mundo interior y que la alegría no falte, para convertir nuestra vida en un anticipo de nuestro Paraíso prometido.

*Miembro Club 55