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Ópticos pontevedreses consideran que el nuevo convenio con el Sergas es “injusto”

Andrés Martínez realizando una revisión ocular a una clienta en su óptica de Pontevedra. Gustavo Santos

En el año 2020 los optometristas gallegos acordaron prácticamente por unanimidad no renovar el convenio “Ollo cos ollos” que mantenían desde el año 2007 con la Consellería de Sanidade y el Servizo Galego de Saúde. A través dicho acuerdo de colaboración, de 2007 a 2019, en la ciudad de Pontevedra fueron realizadas un total de 31.240 interconsultas por las ópticas de la ciudad, de las cuales 2.976 fueron efectuadas en el 2019.

Ante la negativa de renovar aquel convenio, a finales del pasado mes de agosto el Sergas lanzó una nueva propuesta de acuerdo de colaboración que, en esta ocasión, obvió al Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia y se negoció individualmente con los diferentes establecimientos.

A través de este nuevo programa, denominado “Coida os teus ollos”, los usuarios del Sergas mayores de cinco años de edad podrán acudir directamente, sin necesidad de pasar previamente por el centro de salud, a cualquier centro óptico adherido al convenio y solicitar desde una evaluación del estado refractivo/agudeza visual mediante pruebas optométricas, así como la realización de las siguientes pruebas complementarias: medición de la reacción pupilar, test de Worth, test de Amsler, prueba del color, transparencia de medios, prueba de cover-test o movilidad ocular.

Las primeras reacciones a estas nuevas condiciones del convenio ya se han dejado sentir entre el colectivo y ópticos-optometristas de la ciudad de Pontevedra analizan de qué forma les repercute, tanto a ellos como a los pacientes, este nuevo programa lanzado por el Sergas.

Ópticos pontevedreses consideran que el nuevo convenio con el Sergas es “injusto”

Andrés Martínez es el responsable de Óptica y Audiología Martínez, situado en la calle de la Oliva. Este profesional comenta que en la actualidad su centro está adherido al nuevo convenio, pero afirma que “ya estamos valorando darnos de baja porque, al principio, pensábamos que este nuevo convenio se hacía para que todos los ciudadanos tuvieran más facilidades para acceder a las revisiones visuales y lo que estamos comprobando es que, en realidad, como muchos compañeros no se están adhiriendo, al final esto genera muchas desigualdades, puesto que los pacientes se tienen que desplazar a aquellas localidades con establecimientos adheridos”.

En este sentido, Andrés Martínez apunta que “desde el punto de vista del colectivo, la calidad asistencial debería ser igual para los ciudadanos en todo el territorio gallego, un hecho que no se produce”.

Para Andrea Crujeiras, de Óptica Lafuente, el nuevo acuerdo con el Sergas puede ser “una buena forma de acercar más volumen de personas a las ópticas”, aunque indica que, en su caso, a la hora de realizar las revisiones no va a implicar mayor carga de trabajo, ya que, según apunta, “nosotras siempre realizábamos las revisiones gratis, por lo que siempre teníamos gran volumen de trabajo”.

En Óptica Döce, Fernando Otero se muestra muy crítico con la postura adoptada por la Consellería de Sanidade y con el Sergas. Así, Otero señala que en su centro óptico no contemplan adherirse al convenio al considerarlo “injusto, tanto para los pacientes como para los ópticos”.

Ópticos pontevedreses consideran que el nuevo convenio con el Sergas es “injusto”

Fernando Otero defiende que, por una parte, “nos parece injusto para los pacientes porque las pruebas que se piden desde el Sergas nos parecen insuficientes y, por otra, injusto para nuestro colectivo porque al final estamos haciendo un trabajo gratis, que lleva tiempo y con el que muchas ópticas se vieron obligadas a contratar a alguien para poder dar este servicio, un servicio que al final no repercute de ninguna forma económicamente en nuestros establecimientos”.

A este respecto, el responsable de esta óptica pontevedresa hace referencia a que “con este convenio, a la Xunta le sale gratis el profesional y el equipamiento, que tenemos que poner nosotros. Al final supone una mayor carga de trabajo en nuestros centros y el Sergas externaliza un servicio que no debería. Es injusto que se tomen la justicia por su mano, que no hayan tenido en cuenta la opinión de la mayoría de los ópticos gallegos y negocien uno por uno, desde mi punto de vista, en un intento por enemistarnos en el sector”.

Inclusión en la sanidad

Uno de los aspectos en los que sí coinciden estos tres responsables de centros ópticos de la ciudad capitalina es en que la figura del óptico-optometrista debería estar integrada, de una vez por todas, en el sistema sanitario público.

A este respecto, Andrea Crujeiras comenta que “lo ideal sería que la figura de óptico estuviera incluida dentro del Sistema Nacional de Salud, en Atención Primaria. De esa forma se agilizarían los diagnósticos, porque nosotros tan solo podemos describir los signos o síntomas, pero si sospechamos que hay una patología tenemos que derivarlos a los centros de salud y las citas para los especialistas, después, tardan meses”.

Por su parte, Andrés Martínez explica que “si detectamos una patología, tenemos que derivar al paciente, pero al final esa derivación está efectuada por un profesional externo al Sergas y muchas veces por eso los profesionales no hacen caso, de manera que es un problema para el usuario. Lo ideal sería que la figura del óptico estuviera integrada en el servicio de Oftalmología”.

De la misma opinión es Fernando Otero, quien apunta que “con nuestra figura integrada en la sanidad pública, lo ideal es que ese primer cribado fuera realizado por el óptico, al igual que ya sucede en otras comunidades autónomas y en clínicas u hospitales privados”.

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