“La lista de espera para comprar una autocaravana es en estos momentos de un año en España, y de 2 en Francia”. Manuel Fernández-Arruty, al frente de la Asociación Galega de Autocaravanas, resume así la eclosión de este turismo tras la pandemia, que se suma a una progresión iniciada en 2015.
“Crecía a un ritmo de un 40% anual”, explica, “y la pandemia lo frenó pero en este 2021 se ha vuelto a reactivar”. Lo comprobaron ayer los propietarios de las 130 autocaravanas que participaron en la asamblea de la Asociación Galega de Autocaravanas, que a mayores de las reuniones de los socios incluyó ofertas de ocio como un almuerzo o un recorrido en barco por la ría de Pontevedra.
Fue también una oportunidad para dar la bienvenida a los nuevos socios. Y es que si hasta hace dos años el perfil mayoritario de los autocaravanistas era el de un jubilado, que disponía de tiempo para recorrer Europa en su vehículo, con la pandemia se han sumado nuevos usuarios.
Tras la pandemia ha surgido un nuevo perfil de usuario, las parejas jóvenes con hijos que durante la crisis sanitaria "vieron que la autocaravana era una forma más segura y tranquila de viajar”, explica Fernández-Arruty
“Ahora también hay parejas jóvenes con niños, que en la pandemia vieron que la autocaravana era una forma más segura y tranquila de viajar”, explica Fernández-Arruty. Se trata de “familias que han descubierto esto” a raíz de la crisis sanitaria “y se han quedado enganchadas”.
El vicepresidente primero de la Xunta, Alfonso Rueda, y la concejala pontevedresa Yoya Blanco, visitaron a los caravanistas. El representante del Ejecutivo gallego fue otro de los que destacó el auge de este tipo de turismo. Recordó que los campings para autocaravanas lograron máximos históricos con más de 800.000 noches contratadas entre julio y agosto y más de 200.000 viajeros.
