Reconoce que el conocimiento que se tiene del SARS-CoV-2 en solo un año no tiene casi precedentes en el ámbito de los virus –tan solo similar a los avances realizados sobre el VIH–, pero aun así todavía son muchas las incógnitas sin resolver sobre este coronavirus. Hallar medicamentos eficaces, saber con exactitud la duración de la protección de las vacunas o los secretos de cómo actúan las nuevas variantes son solo algunos de los retos pendientes un año después del inicio de la pandemia, reconoce el vocal de la Sociedad Española de Virología y microbiólogo del Hospital Universitario de Ourense, Juan García Costa, quien reconoce que el COVID incluso sorprendió a quienes trabajan a diario con virus. “Sin lugar a dudas lo más sorprendente del coronavirus fue su rapidez de expansión, su alto poder infectante y la elevada tasa de patologías graves”, señala este virólogo.

–Un año después del inicio de la pandemia, ¿qué se sabe y qué se desconoce todavía del COVID?

–Un año después podemos asegurar que el grado de conocimiento del virus que ha causado esta pandemia no conoce parangón con el de otros virus, solamente el avance en conocimientos sobre el VIH es comparable. Sin embargo, queda mucho terreno por explorar. Se necesita tener un mejor conocimiento de su etiopatogenia [origen de la enfermedad] para poder utilizar fármacos más efectivos; es importante conocer el grado de infectividad de las nuevas variantes y su posible mayor poder patológico y también la duración de la protección vacunal y de qué tipo, es decir, saber cuánto tiempo son protectoras y si son anticuerpos neutralizantes, entre otras cuestiones.

–Como virólogos, ¿qué es lo que más les ha sorprendido de este nuevo coronavirus?

–Su rapidez de expansión, su alto poder infectante y la elevada tasa de patologías graves.

–¿Es frecuente que los virus afecten a tantas partes del cuerpo o provoquen síntomas tan dispares como ocurre con el COVID-19?

–Hay virus que afectan solamente a determinados órganos, como pueden ser los hepatotropos que dañan el hígado, los neurotropos que afectan a las células del tejido nervioso o los respiratorios; y después hay otros virus que pueden afectar a diferentes aparatos en lo que se conoce como viremia. Además, hay virus que en principio afectan a un tipo determinado de sistemas y que después pueden originar complicaciones en otros órganos. Esto ocurre, por ejemplo, con los citomegalovirus y el virus Guillain-Barré, entre otros.

–¿Había indicios de que podía llegar un virus así o el COVID pilló por sorpresa a todo el mundo, incluida la comunidad científica?

–Desde hace tiempo los virólogos veníamos avisando de la posibilidad cada vez mayor de la aparición y dispersión de nuevos virus que habitualmente están restringidos a unas áreas geográficas determinadas, especialmente a los referidos como virus zoonóticos, es decir, virus presentes en animales y que tienen la capacidad de infectar a los humanos.

–Los expertos aseguran que es habitual que los virus muten. ¿Son más preocupantes en este caso las nuevas variantes que otro tipo de microorganismos?

–Todos los virus tienen tendencia a mutar, pero es cierto que algunos presentan una mayor predisposición. Pero lo primero que debemos saber es que toda mutación no confiere siempre un cambio en los mecanismos de infección y patogenicidad de los virus. Hay mutaciones y deleciones que lo que originan es justamente lo contrario y el virus disminuye sus efectos perniciosos. Para poder evaluar el efecto de las nuevas variantes de este coronavirus es necesario esperar a que haya estudios más completos sobre los cambios que puedan originar.

–Pero, ¿cree que las nuevas variantes británica, sudafricana o brasileña, entre otras, pueden complicar el llegar a controlar la pandemia? ¿Pueden afectar a la efectividad de las nuevas vacunas?

–Por el momento se desconoce si las nuevas variantes del coronavirus pueden afectar a la efectividad de las vacunas actuales. Parece que en principio las vacunas deben proteger también de las nuevas variantes.

–¿Qué le parece que se alivie parte de las restricciones? ¿Habría que mantenerlas para impedir una cuarta ola?

–Pese a que en principio las vacunas pueden proteger contra las nuevas cepas del coronavirus, haya o no vacunas debemos de mantener estrictamente las medidas de protección como la mascarilla, la desinfección o la ventilación hasta que se considere oportuno rebajar estas medidas.

–¿Cómo ve el futuro inmediato de la pandemia? ¿Cuándo prevé que regresará la antigua normalidad sin mascarillas o distancias sociales?

–Los virólogos, por el momento, no podemos responder a preguntas sobre el futuro de la actual pandemia provocada por el nuevo coronavirus. Es necesario esperar. Como dije en otras ocasiones no somos futurólogos.