Un grupo de investigadores internacionales e independientes se han unido para pedir que se esclarezca el origen del SARS-CoV-2, ya que es de “vital importancia” para abordar mejor la situación actual pandemia, teniendo en cuenta que la investigación realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades chinas “no han dado pruebas que demuestren un origen natural de este virus”.

Los 26 investigadores firman una carta, publicada el jueves en “The Wall Street Journal”, en la que señalan que han llegado a la conclusión de que “el equipo conjunto no tenía el mandato, ni la independencia, ni los accesos necesarios para llevar a cabo una investigación completa y sin restricciones de todas las hipótesis pertinentes sobre el origen del SARS-CoV-2, ya sea que se trate de un derrame natural o de un incidente de laboratorio o relacionado con la investigación científica”.

A su juicio, la misión conjunta OMS-China no fue una “investigación”, sino un “estudio global”. Una posibilidad para una investigación creíble es un mandato de la Asamblea General de la ONU al secretario general de la ONU para que lleve a cabo una investigación. “Desafortunadamente”, se lamentan, “más de un año después del brote se desconocen los orígenes de la pandemia”.

Al analizar colectivamente los orígenes de la pandemia de COVID-19, creen que es esencial que se examinen todas las hipótesis sobre los orígenes de la pandemia “a fondo”. Y recuerdan que la hipótesis de la zoonosis, basada en gran parte en los patrones de eventos de zoonosis pasados, es sólo uno de los posibles orígenes del SARS-CoV-2, al igual que la hipótesis de un accidente relacionado con la investigación científica.

Aunque el proceso de investigación “colaborativo”, ordenado por la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2020, tenía como objetivo permitir un examen completo de los orígenes de la pandemia, creemos que los límites estructurales de este enfoque no permiten que la misión convocada por la OMS alcance sus objetivos.

En particular, también desean sensibilizar a la opinión pública sobre el hecho de que la mitad del equipo conjunto convocado en el marco de ese proceso está formado por ciudadanos chinos, “cuya independencia científica puede ser limitada”.

El grupo de investigadores, entre los que se encuentra el investigador español Francisco A. de Ribera, de la Universidad Pontificia Comillas, ven “esencial” que se determine el perímetro de una investigación “completa y sin restricciones” para establecer un estándar contra el cual se puedan evaluar los esfuerzos actuales y futuros.