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Relajar pero con “sentidiño”

El principio del fin de la pandemia, ¿es seguro?

El uso obligatorio de la mascarilla podría tener los días contados. Al menos en espacios al aire libre, o por lo menos sí en determinadas situaciones, según anunció ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Expertos gallegos defienden que aún hay muchas situaciones al aire libre en las que la mascarilla debe seguir siendo obligatoria

Los especialistas gallegos consultados coinciden en apelar a la prudencia y, sobre todo, a la responsabilidad individual para no permitir al virus ganar terreno porque, como recuerda la catedrática de Inmunología de la Universidad de VIGO (UVigo) África González, el virus sigue circulando, por lo que el riesgo de infección continúa ahí.

“Habría que esperar a que hubiera más gente vacunada”

África González - Inmunóloga

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África González Inmunóloga

“Aún no tenemos la inmunidad de rebaño, estamos en un momento en que se va a mover mucha gente y en el que vendrán turistas, y tenemos variantes como la india, que en países como el Reino Unido ya está teniendo problemas muy importantes y lo mismo podría pasar aquí o podrían entrar variantes nuevas. Por todo esto creo que es importante tener ciertas medidas de prevención”, alerta la inmunóloga, que no se opone a una cierta relajación en su uso, pero con mucha cautela.

La incidencia baja por primera vez en casi un año de los 100 casos por cada 100.000 habitantes

La incidencia baja por primera vez en casi un año de los 100 casos por cada 100.000 habitantes Agencia ATLAS / EP

En su opinión, aún es pronto para eliminar el uso de la mascarilla en exteriores, al menos de una forma generalizada. “No es lo mismo estar en una playa o en el bosque que en una calle concurrida o estar en una verbena, con una aglomeración de personas. Yo en los dos últimos supuestos seguiré llevando la mascarilla. Tal vez se podría ir relajando las medidas, pero de forma gradual”, afirma.

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González pone como ejemplo Israel, cuya exitosa campaña de vacunación ha permitido suprimir el uso de la mascarilla ya desde el pasado mes de abril. “Ha sido un país pionero en la vacunación masiva, lo que le ha permitido relajar las medidas, pero los no vacunados tienen que seguir llevando mascarilla. Tal vez sería bueno hacer lo mismo y tener en cuenta la tasa de vacunación y la incidencia acumulada antes de dar este paso”, explica.

“Flexibilizar su uso en ciertas autonomías sí, pero no en todas”

Alberto Ruano - Epidemiólogo

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Medio millón de gallegos de más de 70 años recibirán la vacuna del COVID-19 a partir de marzo Alberto Ruano

Alberto Ruano, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago (USC), consideraría un error adoptar una medida homogénea para todo el Estado teniendo en cuenta las diferencias que existen entre comunidades en cuanto a incidencia.

“Cada situación epidemiológica es muy particular dentro de cada comunidad autónoma. Por eso no entiendo que se trate de tomar decisiones conjuntas cuando vemos que la situación es muy distinta en un sitio y otro. Se podría flexibilizar su uso en determinadas autonomías, pero en todas no, en absoluto”, afirma.

El epidemiólogo matiza que con esto no quiere decir que no se flexibilicen las medidas si la situación epidemiológica de la comunidad autonómica así lo permite, pero nunca debería ser una medida para aplicarse igual en todas las regiones, independientemente de su caso en concreto. Recuerda que el contexto de la pandemia es muy cambiante y que la media nacional de incidencia acumulada, cercana a los 100 casos por cada 100.000 habitantes, “no es nada despreciable”. “Yo, mientras siga habiendo una incidencia importante, voy a seguir usando la mascarilla si estoy en un lugar concurrido o si no se puede mantener la distancia de seguridad”, comenta.

“Me parece una medida razonable, pero con excepciones”

Francisco Caamaño - Epidemiólogo

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Francisco Caamaño, epidemiólogo

El profesor de profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago (USC) Francisco Caamaño secunda la relajación del uso de la medida, pero apela a la prudencia. “La medida me parece razonable, pero con excepciones, pero sería prudente en determinadas situaciones. Si voy por una calle y paso distanciado de la gente con la que me cruzo, bien. Pero en un concierto al aire libre, por ejemplo, la mantendría porque hay mucha gente moviéndose, que además canta, grita y se achucha, aunque en el exterior sea donde menos probabilidades de contagio hay”, afirma.

La misma regla de prudencia habría que adoptar en las calles concurridas, según el epidemiólogo, o en las colas para entrar en cualquier sitio. En definitiva, en cualquier situación en la que no pueda mantenerse el metro y medio de distancia de seguridad.El experto recuerda, además, que derogar la obligatoriedad de la mascarilla en espacio al aire libre no puede hacernos perder de vista que aún existe riesgo de contagio y que habrá que salir de casa siempre con ella porque en interiores continuará siendo necesaria “durante bastante tiempo”. También conviene recordar la aparición de variantes del SARS-CoV-2 más contagiosas, como la india, que puede hacer cambiar el escenario. “Ese mayor contagio de esa variante va a incrementar la proporción de personas que necesitamos para alcanzar la inmunidad de rebaño. Es decir, que puede que el 70% que manejamos ahora para alcanzar la inmunidad de grupo no sea suficiente y haya que ir a un 75% o más”. sostiene.

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