El planeta está en llamas. El avance de la crisis climática muestra que la ‘llamarada’ prendida por nuestra especie ya alcanza a todos los rincones poblados del planeta y que es responsable de una emergencia ecológica sin precedentes. Hace ya décadas que conocemos el problema, los responsables y los pasos que deberíamos seguir para extinguir las llamas. Pero lejos de centrarnos en las labores de extinción, todo apunta a que seguimos echando gasolina al fuego. Según alerta el último análisis del programa de medio ambiente de Naciones Unidas (ONU), las grandes potencias del globo planean aumentar su consumo de combustibles fósiles durante la próxima década. De seguir así, alerta el informe, el auge de estas industrias altamente contaminantes alejará todavía más la esperanza de evitar un calentamiento global extremo. 

Producción global de combustibles fósiles. EPC

El análisis, publicado este miércoles, sale a la luz a tan solo diez días del inicio de la Cumbre de Glasgow (COP26); un encuentro donde los principales líderes políticos del planeta se reunirán para (re)diseñar sus compromisos para frenar el avance de la crisis climática. En vísperas de este evento, el informe de la ONU pone todas las cartas sobre la mesa y reclama políticas más ambiciosas para reducir “de manera inmediata” el consumo de combustibles fósiles restringir drásticamente el uso de petróleo, gas y carbón antes de que acabe la década. Mucho antes de lo que se había previsto hasta ahora. 

El informe muestra de manera muy gráfica la enorme "brecha" que hay entre la producción de carbón, petróleo y gas prevista por los gobiernos, las promesas que estos mismos plantearon durante el Acuerdo de París y los niveles de producción necesarios para evitar que el planeta quede expuesto a un aumento extremo de las temperaturas. "La producción de combustibles fósiles prevista para 2030 es dos veces mayor de lo que haría falta para limitar el calentamiento global a 1,5 grados", concluye el estudio. 

Demasiado carbón, petróleo y gas

Para responder a la creciente demanda energética de la humanidad, las grandes potencias del globo prevén aumentar su consumo de combustibles fósiles hasta al menos el año 2040. Asimismo, la mayoría de los principales productores de petróleo, gas y carbón tienen previsto incrementar (en mayor o menor medida) su producción durante las próximas décadas. Todo apunta a que estas tres industrias seguirán en auge hasta, por lo menos, mediados de siglo. Preocupa, sobre todo, que la producción de gas se dispare en los próximos 20 años. Aunque, sobre el papel, todos los firmantes del Acuerdo de París se comprometieron a que esto no ocurriera. 

Según señala el informe de la ONU, el mundo se dispone a producir un 110% más de combustibles fósiles de lo que haría falta para limitar el aumento de las temperaturas a 1,5 grados y un 45% más de lo que haría falta para limitar el aumento de las temperaturas a 2 grados. Si seguimos produciendo y consumiendo como hasta ahora, en 2030 tendremos 240% más carbón, 57% más petróleo y 71% más gas de lo necesario para frenar el calentamiento global extremo (y las devastadoras consecuencias que traerá la crisis climática).

"Las conclusiones de esta investigación son claras: la producción mundial de carbón, petróleo y gas debe empezar a disminuir de inmediato y de forma pronunciada", afirma Ploy Achakulwisut, autor principal de este informe y científico del Instituto del Ambiente de Estocolmo. Con vistas a la COP26, de hecho, el estudio reclama que gobiernos de todo el mundo se comprometan a "cerrar la brecha" en la producción de combustibles fósiles y, a su vez, acelerar la transición ecológica hacia energias sostenibles.

Financiación contaminante 

Uno de los puntos clave de este proceso será ‘cerrar el grifo’ a las industrias contaminantes. Según destacan varios estudios, y reafirma el análsis de la ONU, los países del G20 han invertido casi 300.000 dólares de los fondos de recuperación covid en actividades relacionadas con los combustibles fósiles (el equivalente a 258.000 euros). Esta inversión, argumentan los autores del informe, supera de largo el dinero destinado a financiar energías renovables. "Ha sido una pérdida de oportunidad", concluye el informe. "Las instituciones financieras públicas internacionales continúan apoyando la extracción, distribución y procesamiento de combustibles fósiles", destaca el diagnóstico de Naciones Unidas.

"Las instituciones financieras públicas internacionales continúan apoyando la extracción, distribución y procesamiento de combustibles fósiles"

Más allá de la regañina por los fondos covid, el informe destaca positivamente la financiación global a los combustibles fósiles ha disminuido en los últimos años. Además, de cara al futuro, estima que un tercio de los principales bancos multilaterales de desarrollo (BMD) y de las instituciones financieras de desarrollo (IFD) del G20 ya han adoptado políticas "que excluyen las actividades de producción de combustibles fósiles de la financiación futura". "Los primeros esfuerzos para recortar el apoyo a la producción de combustibles fósiles son alentadores, pero estos cambios deben ir seguidos de políticas concretas y ambiciosas", destaca Lucile Dufour, asesora principal de políticas del Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD).

La publicación de este informe supone el enésimo grito que la comunidad científica lanza para alertar sobre el impacto de la crisis climática y la necesidad de frenar su avance. "Los efectos devastadores del cambio climático están a la vista de todos. Todavía estamos a tiempo para limitar el aumento de las temperaturas, pero esta ventana de oportunidad se está cerrando rápidamente", destaca la directora ejecutiva de programa de medio ambiente de la ONU, Inger Andersen, en relación a la presentación de este nuevo informe. "Los gobiernos del mundo deben dar un paso al frente y adoptar medidas rápidas e inmediatas para cerrar la brecha de producción de combustibles fósiles y garantizar una transición justa y equitativa", zanja.