Curiosidades de “El Exorcista”, el filme maldito que Play-Doc proyectará en una iglesia

En “El Exorcista. El libro del 50 aniversario”, su autor, Jesús Palacios, asegura que la película dirigida por William Friedkin“ostenta una suerte de récord Guinness del miedo” por sus 50 años de terror y por ser “el filme que más pavor ha causado a lo largo de la historia del cine”. En conmemoración del aniversario y como homenaje a Friedkin, el festival de documentales Play-Doc proyecta el filme –que presenta la historia de un exorcismo– en una iglesia de Tui el sábado y domingo de noche. Las entradas, a diez euros, para cada sesión pueden adquirirse en la web del festival.

Defiende Palacios en su libro que “El Exorcista” da “miedo” porque lo que cuenta, dice y muestra en pantalla, “por increíble y espantoso que parezca, ha pasado de verdad”.

Dos décadas del festival de documentales Play-Doc de Tui, germen del Novo Cinema Galego

Un exorcismo de verdad y un futuro astronauta

El 19 de agosto de 1949 “The Catholic Review” publicaba una noticia fechada en Washington y que hacía referencia a un muchacho de 14 años víctima de una posesión diabólica y que había sido exorcizado con éxito por un sacerdote.

“The Washington Post” publicó después un artículo más extenso donde se ocultó el nombre real del chico para preservar su intimidad si bien en 2020 se reveló que pudo haber sido el astronauto e ingeniero de la NASA Ronald Hunkeler, clave en la tecnología de los paneles de misiones como la Apolo.

Los artículos sirvieron de base para el libro “El Exorcista” de William Peter Blatty quien sería productor ejecutivo de la película y además trabajaría en el guion. Blatty leyó los diarios de uno de los sacerdotes implicados en el exorcismo de 1949.

Les gustó el director por sus películas con estilo documental

Friedkin no fue el primer director de cine en el que Warner Bros pensó para el filme pero Blatty insistió en que fuera él tras quedar “impresionado” por su trabajo “Contra el imperio de la droga” (1971) y por sus documentales para televisión. Le había gustado especialmente el ritmo, emoción y el realismo documental. Algunos de sus trabajos se pueden ver en el Play-Doc estos días.

El realizador –apunta Palacios– “representaba el espíritu concienciado e inquieto del Nuevo Hollywood, preocupado por llevar a la pantalla temas polémicos, de calado social e intelectual no exentos de cierto sensacionalismo”.

El libro cambió al protagonista

El libro –que cambió el joven protagonista por una niña– fue al principio un fracaso hasta que por una carambola del destino el escritor fue entrevistado en uno de los programas estrella de televisión de la época. El destino quiso que fallara uno de los entrevistados anteriores por lo que pasó de tener cinco a 45 minutos de intervención. Una semana después, empezó a ser un superventas.

Para el rol de la madre de Regan (la niña), se pensó primero en Audrey Hepburn que llegó a decir que sí pero si el rodaje se realizaba en Roma donde vivía con su esposo. Quedó descartada. Jane Fonda también fue contactada y respondió por telegrama: “¿Por qué iba a querer hacer nadie esta fraudulenta pieza de mierda capitalista?”. Finalmente, el papel fue para Ellen Burstyn porque llamó a Friedkin interesándose por la película.

El padre Karras, un repartidor de leche

El padre Karras lo encontraron en Jason Miller, actor en el circuito aficionado y repartidor de leche que descubrió Friedkin un día viendo una pieza teatral. La gente pensó que se había vuelto majareta. Para el padre Merrin, estuvo muy claro; tenía que ser Max von Sydow.

Lo más difícil fue encontrar a una niña protagonista. Recibieron un millar de vídeos de audiciones. No les convenció nada. Un día una madre se presentó en la productora sin cita y la atendieron, le hicieron la prueba a la pequeña que certificó que había leído el libro y que se había masturbado en alguna ocasión.

El director disparaba en el rodaje

La historia de “El Exorcista” es también la historia un rodaje complicado. Para que todo el mundo estuviera atacado de los nervios, el director disparaba a veces al aire un revólver mientras vociferaba ¡Acción!.

Una anécdota es que Ellen Burstyn llevaba un arnés bajo la ropa en la escena donde la niña se masturba con un crucifijo para empujar violentamente a su madre. En la tercera toma, Burstyn fue lanzada tan fuerte que se golpeó la espalda de verdad quedándole una secuela para el resto de su vida.

Bofetón tras 15 tomas fallidas

La escena en la que se eleva la cama fue rodada diez veces y la niña estuvo a punto de vomitar de verdad. Los métodos de Friedkin no eran ortodoxos: pasaba de las dos de la mañana y llevaban 15 tomas de la extrema unción de Karras. El director abofeteó al sacerdote que la tenía que hacer para que se reflejara en su cara dolor y sorpresa.

Sin embargo, lo que realmente ha acompañado a esta película convirtiéndola en maldita ha sido una mezcla de realidad, leyenda y marketing. Primero, un incendio acabó con los decorados principales lo que obligó a retrasar el rodaje seis semanas.

Una escultura perdida de cuatro metros y nueve muertes

También desapareció la escultura de cuatro metros de alto del demonio Pazuzu que se ve en el inicio –inspirada en una foto de una real del Museo Británico– que enviaron a Irak para grabar allí. La compañía aérea perdió el paquete para encontrarlo en Australia y después remitirlo a Bagdad.

Poco después de empezar el rodaje falleció de forma inesperada el hermano de Max von Sydow en Suecia; el hijo de Jason Miller (padre Karras) fue atropellado por un motorista que se dio a la fuga y lo dejó muy herido; Jack MacGowran –que representaba a un director de cine– falleció una semana después de rodar la escena en la que era asesinado. Un carpintero se amputó un pulgar trabajando en el decorado, un electricista perdió un pie. Se llegó a celebrar una misa en el rodaje y otra antes de las grabaciones en la casa del director.

El abuelo de Linda Blair falleció, el hombre que refrigeró el set (rodaron por debajo de los cero grados) murió, la esposa del asistente de cámara tuvo un hijo también pereció, el conserje que cuidaba el edificio fue asesinado a tiros. Se estima que hubo nueve fallecimientos durante un rodaje de quince meses.