A) Llego a casa con un pellizco emocional de los gordos porque durante las dos horas que estuve en el cine me hice la misma pregunta. ¿Es posible el disfrute estético viendo el horror de la guerra en la pantalla? 1917, la última película de Sam Mendes es eso, un bellísimo poema barroco narrado con un virtuosismo férreo y sobrecogedor que vuelve a los años de la I Guerra Mundial, al barro, la sangre, la muerte, el frío, la sinrazón.

B) Pongo la tele. La 2. Está Documaster. Emite Juventudes hitlerianas. El ejército infantil nazi. Es un trabajo que firma David Korn-Brzoza. Las duras condiciones del armisticio de la Gran Guerra generaron en Alemania descontento. Hitler lo aprovechó con trolas como la superioridad de lo ario para diseñar su plan. En 1932 más de 70.000 críos lo recibían en Postdam dispuestos a dar su vida por él. El campo abonado daba sus frutos.

C) 2020. La misma noche entro en Twitter. Antes te llevo por delante, le escribe un usuario -@Jess29774458- a la periodista murciana Rosa Roda -@RosaRodaNews-, que la llama "loca del coño", y en otro tuit le dice, "me coméis el rabo tú y Rosa, los dos, con pin y sin él". Rosa acaba una de sus entradas con esta etiqueta, #NoAlPinParental, y de ahí el exabrupto del tipo -¿tiene ya su denuncia?-.

D) Bruno Bimbi, periodista, autor de El fin del armario, vivió 10 años en Brasil y asistió al nacimiento y auge del hoy presidente Jair Bolsonaro, que usó la expresión kit gay para crear el miedo sobre algo que no existía, todo un plan que se llevó a cabo en connivencia con la iglesia evangélica preparando el terreno para que cualquier trola se extendiera sin más.

E) Me voy a la cama y veo a Abascal feliz, henchido. El campo abonado también empieza a dar frutos.