Televisivamente hablando, el Debate de Investidura que nos ocupa no es uno más: se trata del primero que podemos ver íntegramente en HD (Alta Definición).

Hasta el penúltimo, la señal nos era ofrecida por el Canal 24 Horas, que seguirá emitiendo en Baja Definición como mínimo hasta el verano de 2020, según adelantó Pere Vila, el que más sabe de infraestructuras digitales en Prado del Rey. Con buen criterio, Rosa María Mateo decidió que la programación habitual de La 1 fuese suprimida para dar la señal en directo desde el Congreso de los Diputados. Con un resultado de audiencia espectacular. La cadena duplicó y hasta triplicó el número de espectadores que ven La mañana, A partir de hoy, ¿Juegas o qué? o España directo.

Y no sólo eso: mientras duró el debate en el Congreso se puso muy por delante de La Sexta. Es decir, que por una vez a la gente le interesó más la cosa que los colaterales de la cosa. Algo a lo que no están acostumbrados en Al rojo vivo, que hace varias semanas colgó un marcador en el extremo superior derecho de las pantallas anunciando los días, las horas y los minutos que quedaban para que llegase el día D, el lunes 22 de julio.

Alimentaron tantas horas de televisión elucubrando cuestiones alrededor de la investidura como Telecinco dando vueltas a la vida y milagros de sus Supervivientes.

Pero a la hora de la verdad, el día en que Sánchez e Iglesias negociaron en vivo y en directo sin intermediarios, la audiencia soberana prefirió seguir el acontecimiento en La 1. A lo mejor pocos cayeron en la cuenta del aliciente añadido que suponía ver lo que sucedía en el hemiciclo en altísima definición. Sea como fuere, ojalá sirva de precedente. Ver los rictus, las muecas y los detalles con la nitidez del 4K no tuvo precio.