La sé que eso de las audiencias, los tantos por ciento, y otras cifras que ni siquiera hablan de calidad sino que tienen que ver con el negocio, al espectador medio no le dice nada.

Aún así, imaginemos. Con el mes recién empezado, el lunes, según los expertos la noche de más consumo televisivo, ninguna cadena en el cómputo del día superó el 10% de audiencia y por supuesto ninguna hizo «millones de espectadores», con la excepción de Antena 3 Noticias 2, que alcanzó el 18% y más de dos millones.

El resto de programas en lucha nocturna apenas llegó al millón y ninguna superó el 10% ¿Cuál era la oferta? En La 1, que ganó la noche por la mínima, La otra mirada.

Antena 3 con Masters de la reforma, que emitió su semifinal con menos gloria que la venta de ventiladores en Groenlandia, y Telecinco, con Brigada Costa del Sol, tuvieron algo así como un empate técnico.

Ni para ti ni para mí. Lo normal hubiera sido, hasta 24 horas antes, que se alzara con el laurel de la noche la oferta de Telecinco, es decir, el monotema, el único verso, la verdad verdadera, la luz hecha billetes, ni series ni telediarios, ni magacines ni leches, nada, a todo tren con las trifulcas de los isleños.

Ya saben, Supervivientes es algo más que un concurso sucio y aburrido - ya sé que miles, millones de criaturas, se divierten con lo que allí sucede-. Es verdad que si paso por esa cadena me puedo quedar lelo y pillado con las broncas, la imagen desencajada de la Pantoja, o la ordinariez insoportable de una tal Dakota, pero enseguida me canso y cambio de canal. ‘Supervivientes’, digo, es para Telecinco algo más que un concurso. Es la vida, su maná. Una noche no lo emite y no llega al 10%.