Andreu Buenafuente aprovecha el verano para leer todo lo que puede y ver series que le gustan pero, aún así, no deja de pensar en nuevos proyectos, sean o no realizables porque, según asegura en una entrevista con Efe: "No puedo desconectar; no le veo sentido a desconectar".

Tras haber cerrado con récord de espectadores la V edición del festival de humor Singlot, organizado en la primera semana de julio en Sant Feliu de Guíxols (Girona), Buenafuente intenta disfrutar estos días del tiempo libre, aunque admite que él no tiene demasiado, porque "el que aparentemente parece libre, se ocupa inmediatamente", advierte.

"Cuando estoy relajado -explica en este sentido- me pasa algo que es casi perverso, que es, cuando no tengo nada que hacer, nada de nada, el folio en blanco se vuelve a llenar, y entonces es cuando me doy cuenta de que no tengo solución".

A modo de ejemplo, relata que, cuando empezó a leer la novela "Mongo Blanco", de Carlos Bardem, que trata sobre la esclavitud y los traficantes de esclavos del siglo XIX, "las páginas eran tan visuales" que su mente audiovisual le dijo: "¡Aquí hay una película!".

"Entonces pensé: 'No tienes solución Andreu, no la vas a hacer, no puedes hacerla'", comenta Buenafuente, en un amago de mostrar cómo funciona su "cabeza".

Así, aunque se distraiga leyendo novelas o viendo series -afirma que ha seguido "Juego de Tronos" y "Chernobyl"-, al mismo tiempo "de alguna manera" está "conectado otra vez con los contenidos".

"No lo digo con victimismo; me encanta mi trabajo y mi vida, estar rodeado de compañeros y compañeras que sacan adelante productos de comunicación que me gustan", dice en alusión a su productora "El Terrat", que le supone "un trabajo de gestión y de coordinación". "Pero estoy muy bien acompañado desde hace 30 años, y para mí es maravilloso", apostilla.

Tras las vacaciones afrontará la quinta temporada de "Late Motiv", el 'late night show' que emite el canal #0 de la plataforma Movistar+, un programa en el que dice haber encontrado "la horma" de su zapato.

"Estoy encantado de estar en esta nueva corriente de contenidos, donde puedes hacer trabajos de mucha calidad, donde se respira una libertad creativa que es un sueño para alguien que desde hace 30 años está dando la turra con sus cosas", comenta Buenafuente, por lo que se siente totalmente involucrado "con este tipo de televisión". "Y mientras me quieran -dice-, ahí seguiré".

Aunque admite que el estar en una plataforma de pago le deja un tanto al margen de la lucha por las audiencias de las televisiones en abierto, también hay unas mediciones que indican la "salud" de sus productos, avisa.

"Quizás no hay ese aliento perverso de la lucha enconada del día a día, pero hay otro aliento que nos dice que hay que hacer cosas que funcionen", subraya el cómico catalán, una situación que le lleva a exigirse "más que nunca".

"A mis equipos les digo: 'Si nos han dando esta libertad y esta tranquilidad no es para que nos convirtamos en funcionarios de la comedia, sino para ser punta de lanza'", algo que intentan hacer en todos sus programas, asevera Andreu Buenafuente.

También continuará la próxima temporada en el programa radiofónico "Nadie sabe nada", que emite la Cadena Ser los sábados, junto a su compañero Berto, un espacio que Buenafuente define como su "laboratorio", pues "de ahí surgen un montón de cosas".

Para Buenafuente, se trata de uno de los trabajos "más gratificantes" que ha hecho en los últimos años, y aunque reconoce que es "muy exigente", porque hacer improvisación pura durante una hora "es duro", se lo pasan "muy bien y al final se trata de eso".

A caballo entre Madrid y Barcelona en los últimos años, Buenafuente dice que le gusta estar en esta situación porque le da "perspectiva" y es "como si llevara siempre el gran angular puesto".

"Tengo una visión -explica- del que acaba de llegar a Madrid y del que se ha distanciado un poco de Cataluña, y es bastante interesante, pero es por trabajo, es voluntario y lo paso muy bien".

"Al final he aprendido a ser de donde estoy en cada momento", puntualiza, una "deslocalización" que le permite disfrutar más allí donde se encuentre, concluye Andreu Buenafuente.