Si todavía no han visualizado el final de la primera temporada de 'Presunto Culpable' será mejor que dejen de leer a partir de aquí, y así evitar los temidos 'spoilers'. No en vano, el último episodio de la ficción de Antena 3 ha cumplido con su cometido y ha resuelto de una vez por todas el crimen que ha mantenido en vilo a la audiencia a lo largo de los capítulos.

Así pues, la serie protagonizada por Miguel Ángel Muñoz ha puesto rostro al asesino de Anne Otxoa. No sin antes incriminar a una de las mayores sospechosas, la psicóloga Elena Miralles, a la cual detiene la policía al considerar que es la culpable de la muerte de Anne y de la ertzaina Susana.

Sin embargo, el desenlace no iba a ser tan sencillo y se hace más de rogar. Una vez Elena está en prisión y Jon y Maite comienzan una vida y tienen una hija, la que era hermana de la fallecida hace unas declaraciones que hacen levantar las sospechas de Jon: "Tengo miopía y estigmatismo desde pequeña, siempre he llevado gafas. Tan caras que ni siquiera he tenido de respuesto".

Estas palabras hacen que Jon corra a revisar la imagen del día de la búsqueda de Anne, donde aparece Maite sin gafas. Entonces, Jon se percata que ese era el detalle que descubrió Susana y por lo que murió. Y es que, Maite no tenía puestas las gafas porque se le cayeron al enterrar el cuerpo sin vida de Anne. Eso eran las esquirlas de cristal que hallaron en el lugar.

Una vez escuchó la confesión de los hechos, Jon, que había grabado toda la conversación, la entregó a la policía. Sin embargo, les dijo que ella había escapado, pero al final del capítulo se ve a la asesina muerta encadenada bajo el agua, dando a entender que Jon, el presunto culpable de la serie, se venga de la muerte de Anne.