El huevo: un producto tan delicado. Se cuida con esmero, pero hay demasiados accidentes en los centros de embalaje y al año se rompen 17.000 toneladas de huevos. Investigadores de la Comunidad Valenciana quieren darles una segunda vida, por ejemplo, en la cerámica. Con la cáscara consiguen bicarbonato cálcico para el esmalte de las baldosas. "Cocinando" la yema, la clara y la membrana, se obtiene PVC, goma o caucho para hacer suelas de zapatos. También se pueden crear bioestimulantes que aceleran el crecimiento de los cultivos. Se reduce así el impacto medioambiental de esos residuos. Más barato, más ecológico y sin desperdiciar nada.