Llevaba varios días con la anilla de una lata en su pico que le impedía alimentarse, una situación que fue denunciada en redes ante la pasividad de las administraciones. Nadie se hizo cargo del problema, alegando falta de competencia sobre el animal. Una pareja de Marín, Adrián y Elena, se acercó al lago, y en un santiamén le quitó el metal. Sus salvadores devolvieron al pato al lago junto a sus compañeros de chapoteo, y problema resuelto.