"Gracias a dios, no había nadie y estaba todo cerrado, así que no pasó nada" comento el gerente del gimnasio colindante al edifcio que se desplomó en la calle Areal, Marcos Chantada. Quiso además remarcar que los cascotes sólo afectaron a una de las dos pistas de padel con las que cuenta el centro. "Las instalaciones interiores están en perfecto estado", añadió