Ni la minuciosa investigación, ni el mar arrojan a esta hora ningún avance sobre el paradero de las pequeñas Anna y Olivia y ni de Tomás, su padre y posible secuestrador. Los más cercanos barajan tres hipótesis. Ninguna de ellas tranquiliza a familiares y vecinos de las niñas de 1 y 6 años. Este temor corre como la pólvora por Tenerife desde que el miércoles se encontrase la embarcación de recreo de Tomás vacía y a la deriva. En el interior, restos de sangre que se investigan a fondo en Madrid. En las proximidades una sillita de bebé que la familia ha reconocido. La unidad de élite de investigación de la Guardia Civil, ha unido sus esfuerzos a los de Salvamento marítimo y del grupo especial de actividades subacuáticas. Por tierra la Guardia Civil ha reforzado los controles aeroportuarios y se ha emitido una orden de búsqueda internacional.