La tubería que abastece a O Grove pierde agua potable desde el sábado sin parar

Está previsto que la empresa concesionaria la repare mañana

No pudo hacerlo antes porque depende del momento de bajamar

José Antonio Cacabelos, el alcalde de O Grove, ante la zona en la que se repiten las roturas de la tubería submarina.

José Antonio Cacabelos, el alcalde de O Grove, ante la zona en la que se repiten las roturas de la tubería submarina. / FdV

Manuel Méndez

Manuel Méndez

La red general de abastecimiento de la que se nutre el Concello de O Grove no deja de verter agua potable desde el sábado, cuando sufrió su enésima rotura, tal y como se explicó ayer en FARO DE VIGO.

Una avería detectada en la zona de O Vao, es decir, en pleno Complejo Intermareal Umia-O Grove, a la altura del istmo de A Lanzada.

Es el lugar de costumbre, a escaso metros de los últimos edificios de A Revolta (Sanxenxo), justo antes de la entrada de la tubería al municipio meco.

Es, cabe insistir, el tramo submarino que tantos problemas causa desde hace años y que tanto dificulta la reparación, ya que la empresa concesionaria solo puede intervenir durante la bajamar.

Es por eso que los operarios no pudieron intervenir y prevén hacerlo mañana, cuando esperan dar solución a este nuevo problema antes de que el nivel del mar vuelva a subir.

Urgente

De este modo, vuelve a quedar puesto de manifiesto que la vieja tubería necesita ser sometida a un cambio o reposición integral de manera urgente.

Necesidad tan evidente que carga de razón y de peso los argumentos del alcalde meco, José Antonio Cacabelos Rico, que ayer, a través de este periódico, volvió a reclamar una intervención urgente y decidida de la Xunta de Galicia.

Alegaba el primer edil que O Grove no tiene capacidad ni competencias para asumir una obra de reposición que tendría que realizarse fuera de su municipio –como sería el caso–, y añadía que la Mancomunidade do Salnés tampoco tiene disponibilidad financiera para afrontar una obra de estas características.

Augas de Galicia

El regidor meco insistía así en que debe ser Augas de Galicia el departamento que aporte los cuatro millones de euros que se necesitan para reponer esa tubería, de acuerdo con el proyecto diseñado en su día por este mismo departamento dependiente de la Xunta.

Una reposición integral de la canalización que consideran “vital, imprescindible y fundamental” en la propia mancomunidad, tal y como ayer insistía en decir su gerente, Ramón Guinarte.

El mismo que entiende que “no hay discusión posible”, ya que la tubería “está en el final de su vida útil, de ahí que se multipliquen unas roturas que no son fáciles de reparar, puesto que al estar bajo el mar se complican mucho las cosas”.

Un géiser

Ante esta nueva avería, que ha propiciado, como se decía al principio, una pérdida de agua potable ininterrumpida desde el sábado, Guinarte aclara que no se trata de una rotura tan importante como las experimentadas en ocasiones anteriores, cuando la presión hace que se forme una columna de agua que se eleva hasta diez metros de altura.

Esta vez parece tratarse de una fisura, de ahí que el agua esté saliendo de forma constante pero no se produzca el típico géiser.

Sea como fuere, con géiser o sin el, lo que está claro es que se trata de una importante pérdida de agua y de un nuevo e importante gasto añadido, como en cada episodio anterior.

Gasto energético extra

Lo explica el propio José Antonio Cacabelos Rico: “Cuando hay un suministro normal el agua llega a O Grove con fuerza y podemos llenar los depósitos por gravedad, sin necesidad de bombear, pero con una rotura de estas características se pierde agua, caudal y presión, y eso significa que tenemos que estar bombeando el agua, lo cual entraña un gasto extra de energía para nosotros”.

Todo esto, hay que insistir, en temporada baja, cuando es más fácil sobreponerse a la situación.

Pero si una rotura de estas características se produce en julio o agosto, cuando la demanda del líquido elemento se multiplica y la presión se reduce por sí sola, el Concello de O Grove podría entrar en una profunda crisis de consecuencias incalculables para el sector turístico y el conjunto de la población.

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