Cada día más profesionalizada, la actividad forestal se consolida como uno de los grandes motores económicos del rural gallego, donde de hecho se produce más de la mitad de la madera de toda España. 

Un sector vital para la economía autonómica, que aporta un gran valor añadido a nuestro medio rural, con una floreciente industria que dinamiza su actividad en clave innovadora y sostenible; crea empleo de calidad y fija población; además de contribuir al cuidado de nuestros montes. 

La madera, y más en concreto la madera procedente de eucaliptos, sigue así un recorrido ascendente que, todo parece indicar, irá a más y es que los usos de esta materia prima renovable, local, biodegradable y reciclable crecen en línea con la transición a una economía verde, prioritaria actualmente tanto para el país como para la Unión Europea, tal y como se refleja en múltiples compromisos y acuerdos internacionales. 

Así es, desde sus ventajas para el sector de la construcción de viviendas, que acorta plazos y reduce consumos energéticos en el sector, con excelentes capacidades aislantes en ruido y temperatura y con alta capacidad de carga; hasta su protagonismo en el naval como materia prima clave en astilleros y aserraderos, muy demanda para la construcción de nuestras emblemáticas bateas; el protagonismo de la madera es también pujante en la búsqueda de alternativas a los derivados del petróleo y se dibuja, en efecto, como uno de los sustitutos más importantes en este sentido. 

Bolsas, platos, cubiertos, pajitas o bastoncillos elaborados con plástico están condenados a pasar a la historia, siendo sustituidos progresivamente por los productos derivados de la madera como alternativa ecológica, con materiales que cada vez más mejoran su resistencia, impermeabilidad y flexibilidad para lograr este objetivo.

Para ello, la suma de fuerzas entre innovación y tecnología resulta indispensable, con resultados que se concretan en todos los sectores: construcción, alimentario, sanitario… dando lugar a productos como las nuevas bandejas alimentarias sostenibles y seguras elaboradas por las empresas Ence y Pack Benefit, un producto elaborado con las fibras naturales de la pasta Decocell, compostable y fácilmente reciclable. 

Solo un ejemplo de la apuesta de la compañía gallega por la economía circular y la transición verde, que trabaja por seguir avanzando en las aplicaciones de productos derivados de la celulosa con propiedades mejoradas y con aportación de valor añadido como Powercell, diseñado para reducir el consumo de energía de refinado en las fábricas de papel y para sustituir la fibra larga por fibra de eucalipto; o Naturcell, una pasta con menor grado de blancura y alta resistencia, destinada a la fabricación de bolsas de papel y productos tisú. 

Ence apuesta por la I+D para continuar desarrollando nuevos y mejores productos celulósicos, llamados a sustituir a los derivados del petroleo. Cedida

Los montes y superficies arboladas, "una fuente innegable de valor para el medio rural"

Ence apuesta por un modelo de consumo racional que permite la dinamización del medio rural, que atiende a las demandas de la sociedad y desarrolla su actividad de forma respetuosa con el ecosistema en el que opera.

Como resultado de ello, sus biofábricas atesoran reconocimientos que acreditan su compromiso medioambiental, basado en el cumplimiento riguroso y exhaustivo de la normativa vigente, entre los que destaca la etiqueta ecológica Nordic Swan, certificando el cumplimiento de los criterios más exigentes de respeto ambiental.

Además, sus dos plantas de celulosa, en Pontevedra y Navia, cuentan con el sello “Residuo Cero” de AENOR, que reconoce a las organizaciones que valoran los subproductos que generan.

Se trata de uno de los actores más importantes para la creación de riqueza y empleo en el medio rural, cuya aportación supera a la de los fondos europeos destinados a la explotaciones ganaderas y agrícolas a través de las líneas de fondos de la PAC.

Ence, que adquiere madera en Galicia por valor de 200 millones de euros e incorpora el criterio de compra de proximidad, no lo duda: “Los montes y superficies arboladas son una fuente innegable de valor para el medio rural por toda la riqueza sostenible que son capaces de generar tanto para los territorios rurales como para la sociedad en su conjunto”.