El proyecto “Viagem no Tempo” impulsado por la Comunidade Intermunicipal do Alto Minho (CIM), quiere dar a conocer la herencia cultural de cada uno de los diez concellos que integran la entidad miñota. Y lo hace a través de diez rutas que van en busca de las huellas del pasado y sus tesoros, muchos clasificados como Monumentos Nacionales. Cofinanciado por el programa Norte 2020, la exitosa iniciativa propone en esta ocasión tres rutas por estos bellos parajes del noroeste portugués: la de los Castillos y Fortalezas, la de los Monasterios y la del Románico al Gótico.
Cada uno de los itinerarios está diseñado con un punto de partida principal –llamado Estação do Tempo– que es a la vez un monumento y un centro de interpretación donde conocer al detalle la información de la ruta escogida, que puede ser a través de un solo municipio o de varios.
Por todo el territorio del Alto Minho se yerguen castillos y torres medievales, importantes murallas y fortificaciones de varias épocas, que se construyeron como símbolos de poder y como defensa de la frontera.
Exponente máximo de los baluartes del Minho, y candidata a Patrimonio de la Humanidad, la Plaza Fuerte de Valença es la puerta de entrada de la Ruta de los Castillos y Fortalezas, que retrotrae al visitante a un pasado de príncipes, reyes, luchas y batallas que marcaron la historia de Portugal. En el itinerario aparecen otras construcciones, como el castillo de Vila Nova de Cerveira, el Forte da Ínsua de Caminha o las murallas de Monção, entre otros.
Visitar el Alto Minho implica también hacer parada en los numerosos cenobios que alberga la región en sus diez municipios, de los que fueron seleccionados catorce para integrar la Ruta de los Monasterios. El itinerario tiene su Porta do Tempo –Centro de Interpretación e Información– en la torre del homenaje del castillo de Melgaço, para seguir por los concellos de Monção, Caminha, Arcos de Valdevez, Ponte de Lima, Viana do Castelo, Ponte da Barca, Valença y Vila Nova de Cerveira, todos con imponentes abadías y conventos por descubrir, como el de Longos Vales, el de Sanfins, Vila Nova de Muía y otros.
Recorrer el trayecto del Románico al Gótico en este territorio fronterizo es hacer un itinerario singular por la historia de Portugal, ya que es en el Alto Minho donde se concentra el mayor legado de escultura románica. El roteiro comienza en Ponte da Barca, en el Centro de Informação, Cultura, Convívio e Sede da Junta de Vila Nova de Muía, y atraviesa los diez concellos miñotos. Desde iglesias a puentes, capillas y monasterios, representativos del románico, a la nueva forma de construcción y organización espacial que supuso el gótico, son numerosos los ejemplares a admirar y descubrir en esta ruta regional, como el templo de Bravães (Ponte da Barca) o el de Lamas de Mouro (Melgaço).
QUÉ VER
Sanfins: sosiego benedictino
En la parroquia de Sanfins, en Valença, se alza el monasterio del mismo nombre, una joya románica llena de magia a través de sus piedras y del bosque que lo circunda. En la iglesia sobresalen los motivos decorativos de los capiteles. Monasterio de Sanfins, en Valença.
VISITA OBLIGADA
Castro laboreiro: el castillo en la montaña
Para disfrutar de un castillo entre las nubes hay que subir al de Castro Laboreiro, situado a más de mil metros y con magníficas vistas. Quedan las murallas y las puertas de lo que fue una gran fortaleza y donde antaño hubo un castro.
GASTRONOMÍA
Fruto de la vid: vinos únicos
El Alto Minho es la una de las mayores zonas productoras de vinho verde, además de los albariños de la subregión de Monção y Melgaço. Joven y afrutado, el vino verde, en su versión blanco o tinto, es compañero imprescindible de la mesa.